jueves, 17 de octubre de 2013

la saga de "Mad" Mike Hoare (II)

Debido a lo terriblemente comercial de la figura del Che Guevara me a sido casi imposible documentarme sobre este tema (para una cara que vende tantas camisetas y articulos de fantasia, conocer la historia en la que unos mercenarios le hicieron correr a base de bien no es un buen filón comercial ), por suerte los cubanos que disfrutaron las excelencias de tan dogmática personalidad con el exilio o la persecución, si tienen mucho que contar sobre este tema.



EL DUELO CHE vs HOARE


Por Juan Benemelis


Al llegar Che Guevara, el frente de Fizi‑Baraka expande su radio de acción en dirección a la importa­nte base aérea de Kamina, pulmón militar del gobierno de Tshombé, donde se traza el avance de una contienda futura, y la creación de los santuarios para las ulteriores guerrillas de Angola. El enfrentamiento entre ambos bandos no se hizo esperar. En Wawa, unidades del Quinto Comando de Hoare cayeron en una bien calculada emboscada. Hoare encajaba el primer golpe lanzado por los cubanos de Che Guevara, cuya tenacidad y habilidad mostrada en la defensa de las posiciones detuvo el avance mercenario, obligándoles a solicitar refuerzos con urgencia.

Hoare no se intimidó. Determinado a conservar la ofensiva estratégica, estructuró la segunda fase del plan para reconquistar Watsa, fuente aurífera de los insurrectos, guardada por un cuerpo de 1,200 simbas, asesorados por los cubanos. Si bien Hoare logró cortar a lo largo de 300 millas el acceso de los rebeldes a los límites con Uganda y Sudán (fuente valiosa de los suministros de Che Guevara por el norte), percibía a un enemigo diferente.

Al recibir Tshombé y Joseph Mobuto Sese Seko noticias acerca de que los cubanos de Castro se concentraban en Fizi‑Baraka y que Che Guevara retornaba de Brazzaville, determinaron centrar todo el ímpetu en la región de Kivú y lanzar un asalto definitivo desde Albertvil­le. Entre las minutas ocupadas en la aldea de Bambesa se hallaron pruebas de que el 29 de abril Gbenye había sostenido un mitin con todos los jefes tribales locales a nombre de Che Guevara. El 29 de junio de produce el combate de Force Bendera con la participación del grueso de la guerrilla de Che Guevara que concluirá en una derrota para el argentino. Esta batalla fue la prueba fehaciente de que Che Guevara se hallaba físicamente en la zona.

El espacio de Fizi‑Baraka, que enlaza con las elevadas planicies de Burundi y los aguazales de Tanzania, era la única fuente de aprovisionami­ento de recursos materiales y humanos que le quedaba a Che Guevara. Los cubanos fabricaron un cordón defensivo que les permitía recibir material bélico desde Tanzania y Burundi, a través del Lago. Pero éste se hallaba bajo el constante acecho de un comando naval de exilados cubanos.

Era también el asiento de los campamentos de formación de las aldeas lacustres de Kigoma, Ujiji, Usumbura, Kungwe y Kibwesa donde cerca de 3,000 rebeldes congoleses eran entrenados a todo vapor por los cubanos de Che Guevara. Partiendo de Fizi‑Baraka Che Guevara se proponía lanzar una ofensiva que desarticularía la provincia de Katanga para establecer un estado revolucionario federado con Tanzania.

Che Guevara alimentaba varios designios para la hora en que Katanga cayera en sus manos: privar al gobierno central congolés de sus fuentes financieras producto de la minería; obligar a que Bélgica reconociese el nuevo estado revoluc­ionario; controlar los minerales estratégicos para beneficio del bloque socialista; ampliar la subversión en el Congo y acelerar la lucha guerrillera en Angola.

En Fizi‑Baraka se jugó la suerte de la contienda bélica y con ella la del Congo y la de todo el centro‑sur africano. La orografía parecía favorecer a los insurgentes en el poblado de Lulimba, donde sólo podían ser embestidos atravesando cordilleras o desde el Lago Tanganyika. Sin embargo, el sistema serrano que circunda la región seleccionada por Che Guevara, asediado en los muros naturales, le impedía maniobrar fuera de la misma dando la posibilidad a Hoare de tomar la iniciativa.



Teniendo Hoare en su puño el lago y el techo aéreo se propone apalear al enemigo en una maniobra audaz: atacar sorpresivamente a Che Guevara por la retaguardia con una pequeña escuadra naval rápida, a través del Lago, socorrido por los aeroplanos en manos de los cubanos exilados. La finalidad substancial era demoler el centro de mando y sajar las líneas de abastecimiento.

La fuerza aeronaval logra descender a 8 kilómetros al norte de Baraka para asaltar el poblado durante la lívida luz de la madrugada, protegidos por una cobertura aérea. Otra agrupación embestirá a Lulimba frontalme­n­te, en una operación de diversión. El desembarco es recibido con ráfagas de ametrallado­ras y morteros y hace perder al Quinto Comando el factor sorpresa. Una de las columnas, atravesando los pantanos y las malezas choca con las huestes de Che Guevara, a cuatro kilómetros de Baraka. Los cubanos se retiran ofreciendo resistencia y Hoare aprovecha el único factor a su favor, la velocidad, y se abalanza a toda marcha.


La entrada en Baraka, protegida por 2,000 rebeldes congoles­es y cubanos castristas se realiza tras un fantástico duelo de plomo; el Quinto Comando mercenario va ocupando poco a poco la ciudad. El acometimiento sobre Fizi‑Baraka, a pesar del uso eficaz de bombarderos ligeros pilotados por los cubanos anti-castristas, se hace difícil ante la resistencia tenaz que ofrecen los cubanos.

Un ataque a los flancos de los cubanos pone en aprietos a los defensores, que pierden el puerto de Durban. Es por ese baluarte que los mercenarios están recibiendo municiones. Desde el Lago, la cañonera vuela los nichos de ametrall­adoras que barren la playa, permitiendo así el peaje de municiones, no sin altas perdidas humanas. Los mercenarios ven mermar su intenso poder de fuego, pero ello no les impide sostenerse en Baraka. Del lado de los rebeldes hay un aproximado de 125 muertos e infinidad de heridos.





El flanco de Hoare rechaza un intento de los cubanos por reconquistar la ciudad. Una pequeña tropa de cubanos exilados arremete sobre sus compatriotas, permitiendo al resto de los mercenarios la ampliación del perímetro. Hoare decide solicitar refuerzos, y describe la situación en los siguientes­ términos13 "el enemigo era muy diferente de todo lo que me había encontrado hasta ahora. Estaban equipados, empleaban tácticas militares y respondían a señales. Obviamente estaban dirigidos por oficiales entrenados. Interceptamos mensajes de radio en español... la defensa de Baraka estaba organizada por los cubanos .. con regularidad cronometrada estaban concebidos sus ataques frontales, que eran notables por su ausencia de ruidos y disparos, usuales entre los simbas".

El 10 de octubre de 1965, la columna mercenaria con su vanguardia de cubanos exilados y con la soldada congolesa entra a marchas forzadas en Fizi, mientras la aviación arremete sobre los núcleos estratégicos pero sin poder cercar al grueso de los 3,000 rebeldes, que se escurren hacia las serranías. El Che Guevara es propenso a emplear las tácticas guerrilleras y decide tender una emboscada al noroeste de Fizi, donde la presión de Hoare cede al confrontar el problema de los puentes destruidos.

Al desmoronarse el territorio libre concebido por el Che Guevara en Fizi‑Baraka se propina un descalabro casi definitivo a la guerrilla y a las aspiraci­ones del Che Guevara y Castro en el Congo. En agosto, el Che Guevara aniquila a una pequeña fuerza enemiga al norte de Albertville. Hasta octubre se reportan operaciones bélicas; pero ya se está en los estertores del foco guerrillero guevarista



Castro hace un último esfuerzo por salvar el frente africano. El 8 de octubre tiene lugar en La Habana una junta con todos los movimientos de liberación de las colonias portuguesas. La delegación cubana se compromete a ayudar al MPLA y al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) a cambio de que éstas se sumen a los cubanos en el Congo. Sin embargo, el FRELIMO mozambican­o, en la persona de Eduardo Mondlane, rehusó el compromiso.

Tres miembros de la columna cubana que batalló con el Che Guevara en el Congo y después en Bolivia confirmaron, en conversación con guerrilleros boliviano­s, que los rebeldes de Kinshasa no habían sabido pelear; en cambio, los mercenarios belgas al servicio del gobierno resultaron, según ellos, un enemigo formidable14. Ante la derrota militar, la URSS promoverá una línea de reconciliación congolesa, colaborando con el gobierno en el transporte de tropas para poner fin a la insurrección guevarista15. Ante la nueva agenda soviética, el Che Guevara se enfrentará a una lucha perdida contra Hoare y el ejército congolés, y al aislamiento en África.

Soumaliot sostendrá conversaciones con Chou‑En‑Lai y Castro en nombre del Che Guevara, con la decisión de procurar un incremento de la logística. Castro, consciente de que el Che Guevara no tiene la menor posibilidad militar en El Congo, hace patente a Soumaliot la dificultad que atraviesa el argentino para unificar la guerrilla. Detalla Soumaliot16 "el partido comunista cubano le había prometido el incondicional apoyo de todas las fuerzas políticas del campo socialista si, con la ayuda de la Unión Soviética presente ahora en la región, facilitaba el fin de la lucha y negociaba con las otras fuerzas del país una solución política".

El 25 de noviembre de 1965, Mobuto, jefe del ejército congolés, dió un golpe de estado. Aprovechando la confusión, el Che Guevara ataca nuevamente Bukavu, y aísla las milicias gubernamentales en Kiliba cerca de los bordes fronterizos con Tanzania. Mobuto desencadena su ofensiva final en el Este donde se encuentran encajonados el Che Guevara y Kabila; la situación resulta grave para el Che Guevara que se halla prácticamente acorralado por los mercenarios y el ejército congolés.

La URSS se quejó nuevamente a La Habana y el Che Guevara recibe de Castro un mensaje conminándole a retirarse. En enero de 1966, saldrá definitivamente del Congo, atravesando el Lago Tanganyika, donde sostiene un encuentro nocturno con las fuerzas navales de los cubanos exilados, que habían interceptado una comunicación radial que anunciaba su paso17.

El Che Guevara se obstina en proseguir la lucha en el Congo y se dirige a Brazzaville, esperando introduc­irse en la región donde opera Mulele para jugarse con éste su última carta personal. Es entonces que Castro envía sus mensajeros, entre ellos Dreke, Eliseo Reyes, Osmani Cienfuegos y Emilio Aragonés, quienes con ayuda de la guardia personal de Massemba Debat, presidente de Brazzaville, "convencen" al Che Guevara de que retorne a La Habana.

Lo cierto es que de no haberse retirado a toda prisa, la selva africana y no la quebrada del Yuro hubiera sido el epílogo del mito del Che Guevara. En su crónica García Márquez refiere el epílogo de la aventura de Castro y el Che Guevara en el Congo18 "el Che Guevara se fue como había llegado: sin hacer ruido. Se fue por el aeropuerto de Dar-Es-Salaam, capital de Tanzania, en un avión comercial y leyendo al derecho y al revés un libro de problemas de ajedrez, para taparse la cara durante las seis horas del vuelo".

Para sustituir al Che Guevara en África y reorganizar el resto de las fuerzas cubanas, Castro escogió a un guerrillero maduro que luego se transformó en su mejor general Ochoa, quien había operado al frente de un grupo de sus curtidos guerreros a las montañas de Venezuela, como parte de un esquema hostil para eliminar al presidente Betancourt en el poder. Al frente de 1,200 hombres, el general Ochoa asumió la truncada misión del Che Guevara de proseguir el entrenami­ento de africanos, encaminado ahora hacia los angoleños del MPLA y las guerrillas de Amilcar Cabral de Guinea Portuguesa.


El general Ochoa cargó con la preparación de los combatientes de la SWAPO de Namibia, del ZAPU de Zimbabwe, del FRELIMO de Mozambique y de los comandos del Congreso Nacional Africano (ANC) de Oliver Tambo y Nelson Mandela. El 15 de marzo de 1967, el buque cubano Manuel Ascunce zarpó hacia el Congo Brazzaville conduciendo un millar de hombres y armamentos de refuerzo.

La contienda por el poder en Brazzaville se recrudece y el ejército apoya al gobierno marxista de Massemba-Debat, mientras las milicias se inclinan a favor del premier Lissouba y de Gastón Noumazalé, éste último la extrema izquierd­a y figura clave de Cuba y del PC francés. Marién Nguabi, jefe del ejército, presiona para que se destituyan a los elementos de izquierda de la juventud (la jeunesse) y se expulse a los cubanos.

En junio de 1966, desde la base de Dolissié, la tropa del general Ochoa socorrida por las milicias sofoca la revuelta armada contra el presidente Massemba Debat, en abierta intromisión; los cubanos sobrellevan varias bajas en el encuentro. Una de las columnas entrenadas por el general Ochoa, bautizada como la Camilo Cienfuegos, se infiltró clandestinamente en los bosques de Angola a través de Kinshasa y se agregó a la lucha contra los portugueses en la región petrolera de Cabinda. Otra cuña, comandada por el general Patricio de LaGuardia, pasó también a Cabinda, y más tarde cruzó el río Congo y se aposentó en la zona de Dembo. Dembo era famosa por su resistencia durante cinco siglos a la colonización portuguesa y por ser el lugar de nacimiento de Agostino Neto19