sábado, 29 de agosto de 2009

jueves, 13 de agosto de 2009

LA ESPADA DE FUEGO


EL 13 DE AGOSTO DE 1521 Después de un sitio de tres meses, la ciudad de Tenochtitlán cae en poder de los conquistadores españoles.

La espada de fuego
13 de agosto de 1521, Tlatelolco

La sangre corre como agua y está ácida de sangre el agua de beber. De comer no queda más que tierra. Se pelea casa por casa, sobre las ruinas y los muertos, de día y de noche. Ya va para tres meses de batalla sin treguas. Sólo se respira pólvora y náuseas de cadáver; pero todavía resuenan los atabales y los tambores en las últimas torres y los cascabeles en los tobillos de los últimos guerreros. No han cesado todavía los alaridos y las canciones que dan fuerza. Las últimas mujeres empuñan el hacha de los caídos y golpetean los escudos hasta caer arrasadas.
El emperador Cuauhtémoc llama al mejor de sus capitanes. Corona su cabeza con el búho de largas plumas, y en su mano derecha coloca la espada de fuego. Con esta espada en el puño, el dios de la guerra había salido del vientre de su madre, allá en lo más remoto de los tiempos. Con esta serpiente de rayos de sol, Huitzilopochtli había decapitado a su hermana la luna y había hecho pedazos a sus cuatrocientos hermanos, las estrellas, porque no querían dejarlo nacer.
Cuauhtémoc ordena:
—Véanla nuestros enemigos y queden asombrados.
Se abre paso la espada de fuego. El capitán elegido avanza, solo, a través del humo y los escombros.
Lo derriban de un disparo de arcabuz.
Tenochtitlán

El mundo está callado y llueve
De pronto, de golpe, acaban los gritos y los tambores. Hombres y dioses han sido derrotados. Muertos los dioses, ha muerto el tiempo. Muertos los hombre, la ciudad ha muerto. Ha muerto en su ley esta ciudad guerrera, la de los sauces blancos y los blancos juncos. Ya no vendrán a rendirle tributo, en las barcas a través de la niebla, los príncipes vencidos de todas las comarcas.
Reina un silencio que aturde. Y llueve. El cielo relampaguea y truena y durante toda la noche llueve.
Se apila el oro en grandes cestas. Oro de los escudos y de las insignias de guerra, oro de las máscaras de los dioses, colgajos de labios y de orejas, lunetas, dijes. Se pesa el oro y se cotizan los prisioneros. De un pobre es el precio, apenas, dos puñados de maíz… Los soldados arman ruedas de dados y naipes.
El fuego va quemando las plantas de los pies del emperador Cuauhtémoc, untadas de aceite, mientras el mundo está callado y llueve.



domingo, 9 de agosto de 2009

II Guerra Mundial




El 9 de Agosto de 1945 en Japón es lanzada en Nagashaki la segunda bomba atómica, tres días después de Hiroshima, hechos que dan fin a la Segunda guerra Mundial.

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos de América, contra el Imperio del Japón. Los ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, y pusieron el punto final a la Segunda Guerra Mundial. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.

Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki,aunque sólo la mitad había fallecido los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia (231 casos observados) y distintos cánceres (334 observados) atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto, Japón anunció su rendición incondicional frente a los «Aliados», haciéndose formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación. Con la rendición de Japón concluyó la Guerra del Pacífico y por tanto, la Segunda Guerra Mundial.

Al finalizar la guerra, Japón fue ocupado por fuerzas aliadas lideradas por los Estados Unidos con contribuciones de Australia, la India británica, el Reino Unido y Nueva Zelanda, además de que adoptó los «Tres principios no nucleares», lo que prohibía a Japón tener armamento nuclear.

jueves, 6 de agosto de 2009

EL PEÑÓN, ESE GRAN DESCONOCIDO.


Tras la guerra de secesión española a principios del S. XVIII se firmó el Tratado de Utrecht, que puso final a la guerra. Por este tratado, España cedía a perpetuidad el peñón a Gran Bretaña sin jurisdicción alguna, estableciéndose no obstante una cláusula por la cual si el territorio dejaba de ser británico pasaría a ser español.

En ese mismo tratado se cedió también la isla de Menorca, la cual volvió a soberanía española años después. En realidad si Gibraltar no hubiese sido un enclave estratégico el Reino Unido lo hubiese devuelto a España igual que hizo con Menorca.

Pero estando ya en el siglo XXI, ¿cual debe ser el futuro de Gibraltar?

Las Naciones Unidas han llamado en repetidas ocasiones a los gobiernos de España y el Reino Unido a acabar con esta situación colonial. Dicha descolonización ha de hacerse respetando la integridad territorial de España así como los intereses de los habitantes de la colonia.

Lo peor del fenómeno Moratinos es que ya no nos sorprende. Sus charlotadas han sido tantas que sumar una más a la lista carece de valor representativo. La última, la visita a Gibraltar, se inscribe en el nuevo tipo de diplomacia que es sello del gobierno socialista: dar a los demás cuanto pidan, aunque para ello debamos renunciar a lo que nos corresponde. Venezuela, Chad, Mauritania, Senegal, Marruecos… son algunos de los países ante los cuales España ha preferido claudicar, pensando que, una vez que nos hayan tomado la medida, seguirán tratándonos seriamente. El Reino Unido, con el que tantas historias de amor y odio nos vinculan, era al menos un contrincante de postín frente a la marabunta dictatorial africana o sudamericana. Las tablas en el combate, o el avance lento, podían ser consideradas pequeñas victorias ante el contencioso por el peñón de Gibraltar, mantenido por todos los gobiernos españoles hasta el 21 de julio de 2009. No obstante, más allá del ridículo, no está de más reflexionar sobre Gibraltar trescientos años después de su cesión. Tres ideas principales habríamos de tener en cuenta: la diplomática, la identitaria gibraltareña y la política.

La cuestión sobre la soberanía de Gibraltar es muy compleja, y haberla dejado en punto muerto durante 300 años ha conducido a una situación donde cualquier cambio que no sea el reconocimiento de una identidad gibraltareña será brutal para la población del peñón. Quizá en la agenda oculta de los gobiernos español y británico está la independencia a medio plazo… El Reino Unido sabe que Gibraltar no es británico, que está ahí de manera ilegal, que en la Unión Europea no tienen sentido colonias en territorios de Estados miembros, que la población autóctona no se siente británica. Por otro lado, España quiere pensar que la geografía y la historia terminarán abocando a Gibraltar hacia las comarcas andaluzas fronterizas (La Línea de la Concepción se creó por el flujo de trabajadores al otro lado de la frontera), lo que implicaría una decantación cada vez más potente de Gibraltar hacia España, tal y como ocurre en la actualidad entre Mónaco y Francia. Y, por su parte, Gibraltar sabe que ha creado en sus 7 km2 una sociedad no homologable ni a la española ni a la británica. Además, a los empresarios de todos los países les interesa un paraíso fiscal cercano, y su distribución por Europa no es producto de la casualidad (Liechtenstein y Suiza entre Alemania y Francia, la isla de Mann entre Irlanda y Gran Bretaña, San Marino en Italia, Andorra entre España y Francia…; Gibraltar, además, podría atraer al norte de África).

El futuro deparará la suerte de los gibraltareños. No parece previsible movimiento mayor en los próximos años. Eso sólo sucedería si los británicos se cansaran o apareciesen nuevos actores sobre la arena. Lo evidente es que lo de “Gibraltar español” ha pasado a ser, gracias al gobierno de Rodríguez Zapatero, una antigualla. Si anteayer era difícil, hoy ya es imposible.


* La existencia de una colonia en pleno siglo XXI es un anacronismo vergonzoso, no solo para el Reino Unido, si no para el conjunto de la Union Europea.
* El istmo que une el peñon con España, donde se situa actualmente el aeropuerto, es de soberania española y fue progresivamente usurpado por los ingleses durante tres siglos de ocupación.
* En Gibraltar existen unas 75.000 empresas registradas. Esto refuerza la idea de que la principal fuente de ingresos del peñon deriva de su estatus de "paraiso fiscal", dañando gravemente a la economía española.
* Así mismo, España goza de un sistema autonómico que otorga a sus distintas regiones cotas de autogobierno pioneras en el Mundo. Por tanto Gibraltar seguiría gozando de su actual estatus, quizas mejorado.
* La reincorporación de Gibraltar al territorio español potenciaría el desarrollo en comun de toda la comarca. La frontera, principal preocupación para ambas poblaciones a uno y otro lado, desaparecería.


Lazarillo2000.

lunes, 3 de agosto de 2009

PAKISTAN, ODIO ANTICRISTIANO.




Cuando el gobierno Pakistaní hizo un trato con los talibanes y les permitió ocupar el Valle Swat, quizás pensó que adquiría algo de paz, esto serviria para calmar los animos de rivalidad entre ambas comunidades. Pero los talibanes, no contentos con eso y mostrando su verdadero caracter, se volvierón más agresivos y se trasladarón a la provincia de Búner, más cercanos a la capital Islamabad.

Los cristianos, por lo tanto son perseguidos desde hace tiempo en este país de mayoría musulmana, pero los líderes de iglesias temen que el creciente poder de los talibanes vuelva la vida intolerable para quienes rehúsan convertirse al Islam. Familias de sentimiento y vida cristiniana que escucharón la llamada de Dios.

Los ataques, han sido frecuentes y continuos desde entonces, pues la voz de los mártires reportó que el 22 de abril los talibanes atacaron una comunidad cristiana en la ciudad de Karachi y seis iglesias.

Carl Moeller del ministerio “Puertas Abiertas” dijo, “nuestros reportes y compañeros en el área informan que los creyentes allá se están escondiendo. En general están muy temerosos de los próximos meses conforme los talibanes se muevan y tomen control de esta área. Pedimos a la gente que recuerden en oración a los cristianos ahí, por lo que ellos enfrentan”.

Lo que enfrentan es la ley islámica “Sharia”.

La persecución es tal que las Biblias son ilegales. Música y cantos estan prohibidos. Los castigos incluyen golpes y amputaciones. Compartir sobre cristo es penado con la muerte.

El congreso cristiano paquistaní apeló a los Estados Unidos y a Europa para presionar al gobierno de Pakistán a que tome las medidas necesarias para detener a los talibanes y la expansión de la ley “Sharia” en Pakistán, pero hasta hoy la respuesta aun se está esperando.

El creciente fortalecimiento de los talibanes en Pakistán pone en peligro a una cantidad cada vez mayor de cristianos. Los más pequeños tampoco se libran de la persecución, ya que Urfan Nadin, un niño cristiano de solo 12 años,que se encuentra fue agredido por un grupo de talibanes que abrió fuego contra una manifestación cristiana. Esto ocurrió en la región de Karachi. Los cristianos realizaron la manifestación ya que fundamentalistas islámicos pintaron frases en sus iglesias y hogares. Estas dicen: "los talibanes son el rostro del Islam, larga vida a la ley Sharia".

Los radicales también incendiaron una casa. La Voz de los Mártires reporta que la policía local no hizo nada para proteger a los cristianos.

Este sabado pasado dia 1 de Agosto de 2009,seis cristianos, incluyendo a una mujer, fueron quemados vivos el sábado durante enfrentamientos con la mayoría musulmana en una ciudad del centro de Pakistán, según informe de los funcionarios pakistanies. La tensión ha aumentado entre ambas comunidades en la ciudad de Gojra, ubicada en la central provincia de Punjab, por unas supuestas acusaiones donde se dice que algunos cristianos han profanado el Coran. ¿Hasta cuando la comunidad Cristiana va a tener que aguantar esta persecución?. ¿Era esta la religión que defendian los musulmanes que se encerraban en nuestras iglesias, abogando sobre la paz, el amor y un dios persuasivo y justo?



No creemos que sean estas las palabras de un Dios, los actos de sus hijos que difunden una palabra equivocada, asesinando a otras personas por no pensar en sus ideales, ni creer su idea del cielo. No podemos olvidar el asesinato del 3 de junio en 2008 que un profesor Pakistani cometió sobre un niño de 7 años, al cual le colgó de un ventilador del techo y lo golpeo hasta la muerte por no haber podido aprenderse el Corán. Este niño era ciego, pero claro, quizas el no sabia que que el profeta Mojamé autorizó a pegar a los niños que no cumplen sus deberes religiosos solo a partir de los 10 años.



Esta es la religión pacifica, pura y espiritual, llena de armonia entre hermanos, amor hacia los demás, la naturaleza y el mundo que poco a poco ocupa nuestras ciudades, barrios y escuelas. Esta es la clase de gente, que nos obliga a quitar un crucifijo en el colegio, a permitirles un pañuelo en el trabajo, a borrar simbolos de nuestros escudos mas antiguos por sentirse ofendidos de la historia, a borrar nombres de calles, plazas e institutos. Esta podria ser la proxima religión de las proximas generaciones.



Lazarillo2000

PARTIDA DESCUBRIMIENTO DE AMERICA

sábado, 1 de agosto de 2009

El 1 de Agosto de 1492 los Judios son expulsados de España





La expulsión de los judíos en la España de los Reyes Católicos: Crónica de una encrucijada
Sólo tenían cuatro meses, a partir del 31 de marzo de 1492. Fray Tomás de Torquemada accedió a ampliar la agonía hasta el 10 de agosto de 1492. Los judíos abandonaban Sefarad.
Acusados de la Crucifixión de Cristo al exigir su muerte ante Pilatos y la aceptación de dicha imputación con la aclamación: “Que la sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos” (Mateo 27,25-26), la Europa Cristiana recelaba de ellos: Inglaterra les deporta en 1290, y Francia en 1394. En época de crisis el odio se acentuaba y dirigía hacia el pueblo de Dios, reunido en aljamas o juderías, haciéndole culpable de cualquier tipo de suceso, ya fuera la peste o simplemente acontecimientos basados en la rumorología.
La Expulsión de los Judíos en España fue la culminación de un problema latente desde su asentamiento en Sefarad (España), posterior a la segunda destrucción del templo de Jerusalén en el 70 d. C. En 1176 el Fuero de Teruel considera a la comunidad judía propiedad del reino. El Concilio de Letrán (1215), señalaba el peligro de la convivencia de los cristianos con los judíos, pero será en 1322, en el Concilio de Valladolid, donde se tomarán medidas para llevar a cabo las recomendaciones de Letrán.
El hecho de más alcance y que conduce directamente a la creación de la Inquisición española y a la Expulsión, será el problema de los conversos o cristianos nuevos, y su mimetismo. En 1371, en Sevilla, el arcediano de Écija, Fernán Martínez comienza una campaña contra la comunidad judía. De nada sirvieron la desautorización y la amenaza de excomunión por parte del Arzobispo de Sevilla, y el apremio de Juan I ya que sus arengas continuaron. La muerte del Arzobispo de Sevilla y de Juan I proporciona a Fernán Martínez el acceso y la toma de posesión de la diócesis de Sevilla vacante y la posibilidad de arreciar, aún más, sus sermones contra la comunidad judía sevillana y llevarlos a la práctica destruyendo las sinagogas existentes y confiscando los libros judíos. Este ambiente de hostigamiento degenerará en las Matanzas de 1391. La primera masacre se produce en enero logrando ser neutralizada y sus hostigadores ahorcados. Pero, en junio se reaviva otro foco con la quema de sinagogas y la muerte de numerosos judíos. Esta violencia se propaga por Andalucía, Ciudad Real, Toledo y Cuenca. La consecuencia principal de estas revueltas es el miedo, que se plasmó en la conversión de numerosos hebreos al cristianismo.
La Iglesia y el Estado vieron en estas conversiones la posibilidad de mermar a la población judía, proceder a una unificación religiosa y social y, evitar el sincretismo religioso. Se comienza a buscar la apostasía hebraica y el aislamiento del pueblo judío. En 1405 se veda la usura judía en Castilla, y, en 1412, las Leyes de Ayllón promulgadas por Catalina durante la Regencia de Juan II, pone fin a la autonomía judicial de la que disponían las aljamas, se les impide el ejercicio de distintos oficios: médicos, boticarios, carpinteros, sastres, zapateros…, son obligados a distinguirse de los cristianos y se les recluye en barrios exclusivos y cerrados. En 1414, la medida se lleva a cabo en Aragón. El problema converso se acrecienta ya que los nuevos cristianos pueden acceder a los privilegios de los cristianos viejos y a los oficios que excluían a los judíos, y persisten los contactos entre nuevos bautizados y sus familiares judíos.

El 13 de diciembre de 1474, en Segovia, Isabel se proclama Reina de Castilla y, en 1479, Fernando accede al trono de Aragón. En 1480, se convocan las Cortes de Toledo, en las que se reorganiza el Estado y se confirma la protección y amparo real a los judíos por parte de los Reyes. Esta Tutela Real convierte a los judíos en propiedad, en súbditos y vasallos de la Corona; la aljama comienza a funcionar como un Consejo Municipal Autónomo. Aún así, los monarcas no pudieron frenar los rumores, las acusaciones, los prejuicios… La sospecha seguía acechándoles. Continúan sin poder ejercer determinados oficios y se les imponen fuertes impuestos, importantes para la financiación, en estos momentos, de la Guerra de Granada. Se les sigue viendo como enemigos de la fe y una amenaza para la comunidad cristiana. Muchos de ellos son considerados falsos cristianos, practicantes del criptojudaísmo, la aceptación pública a una fe y el ejercicio privado de otra. En principio, estas prácticas no fueron castigadas, pero será la causa para que los monarcas españoles soliciten del Papa Sixto IV la autorización para el nombramiento de Inquisidores que hasta entonces era ostentada por la Iglesia. Se instituye una nueva Inquisición bajo la autoridad directa de la monarquía. El Papa, el 1 de noviembre de 1478, mediante la bula “Exigit sincerae devotionis”·autoriza el nombramiento de inquisidores en los dominios castellanos. Esta bula no se usó inmediatamente sino que comienzan a implantarse una serie de medidas catequísticas en el convencimiento de que los errores que cometían los conversos se debían a su ignorancia de la doctrina cristiana; un adoctrinamiento tardío abocado al fracaso que concluye cuando aparece un panfleto anónimo que justificaba el criptojudaísmo y consideraba inferiores a los cristianos.
El 27 de septiembre de 1480 se nombran los primeros inquisidores; dos meses después llegan a Sevilla e inician los procesos. Los informes que llegan a Sixto IV originan una serie de negociaciones que chocarán frontalmente con la autoridad de los Monarcas. Dicha documentación daba cuenta de la actuación contra inocentes y la confiscación de bienes a los acusados. Sixto IV pretende volver a la Inquisición medieval, que se mantenía en el Reino de Aragón; intenta que los procesos se desarrollasen conforme a las normas canónicas y con el obispo de la diócesis; vetaba el traslado de la Inquisición de los Reinos de Castilla a la Corona de Aragón; se oponía al intervencionismo real, confiando el nombramiento de los Inquisidores a los dominicos; propugnaba la absolución a los que confesasen; y desaprobaba el secretismo en los nombres y en las declaraciones de los testigos en los procesos. Sin embargo, más interesado en nombrar a uno de sus protegidos Arzobispo de Sevilla y la negativa contundente de los monarcas a todas estas modificaciones, condujeron al fracaso de las negociaciones volviendo a autorizar la implicación de los reyes en el nombramiento de inquisidores en 1483. El Reino de Aragón se resistió más al establecimiento de la Inquisición alegando que el secretismo de los procesos y la confiscación de bienes, contradecían sus Fueros. Nada consiguieron; la Monarquía acabó imponiendo la Inquisición en ambos reinos.
Fray Tomás de Torquemada es nombrado Inquisidor General en 1483, y será el promotor del Edicto de Expulsión. La influencia de Torquemada en la deportación es notable. No sólo porque fue confesor de la Reina Isabel, sino que además veinte días antes de la firma oficial del Edicto de Expulsión, redacta una carta dirigida al obispo de Gerona que será el documento base del Decreto. Una misiva que se muestra injuriosa, en la que se acusa a los judíos de mofarse de la ley cristiana y de considerar a los católicos, idólatras.
El 31 de marzo se firman dos órdenes de expulsión: una para la Corona de Castilla que es firmada por ambos monarcas y, otra para la Corona de Aragón, que rubrica Fernando. La versión castellana se atiene a motivos religiosos haciendo referencia a los intentos llevados a cabo para evitar dicha deportación: los acuerdos de las Cortes de Toledo y la intervención de la Inquisición para medir el alcance y los modos de la apostasía, entre otros. Pero, la razón primordial que esgrime es la supresión de la causa que provoca efectos adversos en la religión cristiana: la influencia judía, alegando que no todos los pertenecientes a tal religión tenían la culpa; es el pago de los justos por los pecadores. El texto aragonés se presenta con más dureza recordando que los judíos están sometidos por su propia culpa a la servidumbre y se les imputa el pecado de la usura.
Los Edictos no dejan lugar a dudas; la decisión es irrevocable y abarcaba a todos los judíos naturales o extranjeros de cualquiera de los territorios del Reino de Castilla y del Reino de Aragón. El plazo de ejecución prescribía a finales de julio, aunque Torquemada lo amplía hasta el 10 de agosto. La pena por el incumplimiento será la muerte y la confiscación de bienes. Los que les asilaran o les ocultasen les serían incautadas sus posesiones. Se les permite la venta de sus bienes con la condición de no portar oro, plata, moneda acuñada, armas o caballos; sólo son admitidas las letras de cambio. Esto produjo un aumento de la oferta y una bajada de precios que repercutió en la escasa ganancia de los judíos por sus enseres.