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lunes, 29 de diciembre de 2008
Cardenal Rouco: Es posible vivir un matrimonio de forma muy distinta a lo que está de moda
28 Diciembre 08
El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, aseguró hoy que "es posible concebir, ordenar y vivir el matrimonio y la familia de forma muy distinta a la que en tantos ambientes de nuestra sociedad está de moda". En el trascurso de la Homilía de la Santa Misa celebrada hoy a mediodía en la madrileña Plaza de Colón, con motivo de la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, Rouco Varela agradeció "las luminosas y estimulantes palabras" que el Papa Benedicto XVI dirigió desde la Plaza de San Pedro de Roma, en el marco del rezo dominical del Angelus, a los congregados en Madrid. "El Papa, extraordinariamente sensible a las necesidades humanas y espirituales de la familia en estos momentos tan críticos por los que atraviesa la humanidad, ha querido alentarnos a todos los presentes, pero de un modo muy especial a las familias que formáis esta magna Asamblea eucarística, a ser testigos valientes e incansables del Evangelio de la Familia, con obras y palabras, en la Iglesia y en el mundo, porque del bien integral de la familia depende la suerte de toda la familia humana", dijo el también presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Rouco insistió en que el modelo de vivir en familia es la Sagrada Familia de Nazareth: "la posibilidad de vivir la familia en la integridad y belleza de su ser como comunidad indisoluble de amor y de vida, fundada en la donación esponsal del varón a la mujer y de la mujer al varón y, por ello, esencialmente abierta al don de la vida: a los hijos". Así, constató, que la celebración en la Plaza de Colón tiene como objetivo preservar "este modelo de la verdadera familia, cuya actualidad no pasa nunca". En este punto recordó las palabras de Juan Pablo II acerca de que "`El futuro de la humanidad pasa por la familia!" y las de Benedicto XVI sobre que la familia "es la principal agencia de paz". "Estamos convencidos, por la gracia de Dios -la gracia que a todos se ofrece y que a nadie rechaza, a no ser que ella misma sea rechazada- de que no sólo es posible concebir, ordenar y vivir el matrimonio y la familia de forma muy distinta a la que en tantos ambientes de nuestra sociedad está de moda y que dispone de tantos medios y oportunidades mediáticas, educativas y culturales para su difusión, sino que, además, es la que responde a las exigencias más hondas y auténticas de amor y de felicidad que anidan en el corazón del hombre", aseveró. El cardenal saludó a las "familias venidas de todos los rincones de España, junto a las familias madrileñas" en nombre de los obispos y sacerdotes presentes y agradeció que respondieran a su invitación para celebrar "eucarísticamente" el día de la Sagrada Familia en la Plaza de Colón "lugar vinculado por tantos y tan memorables acontecimientos a la más reciente historia de la Iglesia en España". A renglón seguido se acordó de los abuelos, los niños y los jóvenes, los matrimonios, los padres y madres de familia "que llenáis con vuestros hijos la Plaza de Colón en este día tan señalado para las familias cristianas de España".
Concretamente, aseguró que los niños "necesitan de sus padres". "Necesitan del amor de un padre y de una madre para poder ser engendrados, traídos al mundo, criados y educados conforme a la dignidad que les es propia desde el momento en el que son concebidos en el vientre materno: la dignidad de personas, llamadas a ser hijos de Dios", agregó. También tuvo palabras para la realidad del aborto y señaló que "estremece el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad" de esta práctica, que calificó como "una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso". Concretamente, coincidiendo la Fiesta de la Sagrada Familia con el Día de los Santos Inocentes -que recuerda la orden de Herodes de matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea) con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret- aseguró que los no nacidos sobre los que se cometió un aborto "son los nuevos 'Santos Inocentes' de la época contemporánea". También quiso el prelado acordarse hoy de los niños pobres para lo que hizo hincapié en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero del 2009 del Papa Benedicto XVI 'Compartir la pobreza, Construir la paz', en el que "llama la atención de la comunidad internacional sobre el dramatismo de los datos que se refieren a la pobreza de los niños y de cómo es a ellos a quienes golpean en primer lugar las situaciones de pobreza de sus familias: 'Cuando la pobreza afecta a una familia -nos dice el Papa-, los niños son las víctimas más vulnerables: casi la mitad de quienes viven en pobreza absoluta son niños'".
Finalmente, el cardenal se refirió a las muchas dificultades de toda índole -económicas, sociales, jurídicas y culturales, morales y espirituales- que se interponen en el camino de la plena realización de la vocación de esposos y de padres cristianos en las actuales circunstancias e insistió en que para afrontarlas hay que mirar y seguir el modelo de la Sagrada Familia de Nazareth, "siempre luminoso y siempre actual". Así, dijo a los esposos presentes, es un "reto formidable" vivir en la actualidad el matrimonio "como os lo pide la voluntad de Dios", dado que "la cultura del relativismo egoísta, del interés y de la competencia de todos contra todos, y la cultura de la muerte son muy poderosas". "El lenguaje de la creación es claro e inequívoco respecto al matrimonio: un varón y una mujer, el esposo y la esposa que se aman para siempre y `dan la vida!", declaró Rouco, quien consideró, recordando el discurso de Navidad del Papa Benedicto XVI a la Curia Romana, que "es necesario que haya algo como una ecología del hombre, entendida en el sentido justo", refiriéndose al valor insustituible de la ley natural como garantía del bien de la persona humana y de la familia. Finalmente, el cardenal instó a los presentes a "vivir el matrimonio y la familia como la Sagrada Familia de Nazareth", a "dar testimonio ante el mundo de la alegría honda y duradera que trae la familia cristiana" y a, como urgente, "vencer la cultura de la muerte con la cultura de la vida". "`No hay duda! `el futuro de la humanidad pasa por la familia, la familia cristiana!", concluyó.