Reproducimos
el escrito remitido por un comandante en activo de las
Fuerzas Armadas en el que, bajo el título: “Fas, ver y
callar”, desgrana el estado actual de la institución militar
ante los gravísimos acontecimientos que vive la nación. Por razones
obvias, el autor del artículo, cuya identificación ha sido
verificada por AD, prefiere mantener el anonimato en evitación
de represalias por parte del poder político.
“Ante
los continuos y repetidos ataques que contra nuestra Patria se
vienen sucediendo diariamente desde diversos ámbitos políticos,
muchos son los ciudadanos que siguen mirando de reojo a las Fuerzas
Armadas, esperando un posicionamiento inequívoco en defensa de la
unidad España que, para su desesperación, nunca llega.
A
los que vivimos el día a día de las Fuerzas Armadas, sin embargo,
no nos sorprende tanto este silencio, quizás por el conocimiento que
tenemos de cómo funciona hoy en día el estamento militar.
No
escapa a nadie que desde la Transición se han intentado presentar a
las Fuerzas Armadas como una amenaza para el sistema democrático,
justificando así la necesidad de, a partir de la imposición del
pensamiento único, purgar todas aquellas actitudes de sus miembros
comprometidas con la idea de España, convirtiendo a las Fuerzas
Armadas en un brazo más del poder político.
En
su esfuerzo, las gloriosas Fuerzas Armadas han sido convertidas en un
Ministerio, lleno de funcionarios que deben ser atados en corto,
donde los altos mandos militares, celosos de recibir estrellas y
cargos de máxima importancia, son conscientes de que, ante la
dedocracia imperante, deben hacer méritos ante sus superiores
políticos olvidándose de que el compromiso que un día adquirieron
no fue con ningún partido político, sino con España.
Para
asegurarse de ello, existe un sistema perfectamente organizado para
identificar a todos los que nos resistimos a prostituir de semejante
forma el sentimiento que tenemos por España, empezando desde los
propios centros de formación donde, asociaciones militares
vinculadas al PSOE como AUME, buscan captar nuevos afiliados
prometiéndoles asistencia y una vida militar más llevadera.
Expresar
opiniones en favor de la aplicación del artículo 155 de la
Constitución o de que el Ejército, llegado el caso, asuma sus
deberes constitucionales en favor de la defensa de la unidad y la
integridad de España pueden suponer un fuerte castigo e incluso la
expulsión de las Fuerzas Armadas, especialmente en los citados
centros de formación.
Incluso,
existe una sección de Inteligencia Militar dedicada
exclusivamente a destapar a compañeros que, a ojos del poder
político, estén demasiado comprometidos con la idea de España
En
este sentido, que te pillen leyendo diarios como Alerta Digital, al
que hay que agradecer el hecho de que sirva de único punto de
encuentro de todos los patriotas, puede suponer tu pase al ostracismo
en las Fuerzas Armadas, mientras panfletos independentistas como Ara
o voceros del nacionalismo como La Vanguardia son adquiridos
diariamente en ciertos cuarteles e instalaciones militares. Asimismo,
propaganda de sindicatos como UGT o CCOO es exhibida sin
limitaciones, incluso por algunos mandos militares en sus propios
despachos, aún cuando la pertenencia a los mismos está prohibida
por ley.
La
Ley de la Carrera Militar no hace más que ahondar en este sentido,
queriendo desterrar de los futuros oficiales valores intrínsecos a
la condición militar en favor de una mentalidad oficinista, marcada
por las ansias de trepar a costa de todo y de todos.
Las
Fuerzas Armadas, lejos de entenderse como un modo de vida, han pasado
a convertirse en un medio de vida, donde los valores militares
tradicionales como el honor, la lealtad, la abnegación o el amor a
España pasan a un segundo plano en favor de la estabilidad económica
y profesional que el sistema ofrece a cambio.
Pero
que no cunda el pánico. A pesar de todos sus intentos y de lo
difícil que lo ponen, siguen habiendo muchos militares que estarían
dispuestos a servir a España tal y como juraron ante la Bandera”.