jueves, 22 de noviembre de 2007

INMIGRACIÓN E ISLAMIZACIÓN.

El 38% de los inmigrantes llegados a nuestro país son musulmanes. Ali Elidrisi es un inmigrante marroquí que vive con su hija Fátima. A Ali no le gustan las playas españolas, piensa que nuestras mujeres “se pasean medio desnudas como animales”. Quiere que su hija se case con un marroquí, no le gustaría que utilizase pantalón corto en la clase de gimnasia y no entiende el revuelo que se ha formado por enviar a Fátima con el “hiyad” o pañuelo islámico, al cole. Estaría, según sus palabras, “dispuesto a que la niña no estudie más en la vida si esto significa que no ha de llevar la prenda en la cabeza”.
En muchos casos existen profundas diferencias entre las costumbres de esta inmigración masiva y nuestra cultura, que son fuente de graves conflictos. Un gran numero de inmigrantes están acostumbrados a vivir en entornos sociales marcados por la represión, como los que provienen de estados confesionales, o en la ausencia de normas en países donde no existen las leyes.
En muchos casos las conductas habituales de éstos entran en conflicto con nuestras costumbres, son consideradas inmorales e incluso delictivas o contrarias al derecho.La mayoría de los inmigrantes emplean estas diferencias como bandera de afirmación identitaria frente a las sociedades europeas, configurando una sociedad paralela y en expansión dentro de nuestros países. Este es el caso de la progresiva islamización del continente europeo.
Además de las profundas diferencias culturales, en muchas interpretaciones del Islam no se distingue entre autoridad política y religiosa, de modo que la islamizacion de nuestro territorio puede equivaler a una creciente presencia de colectivos políticamente obedientes a intereses extranjeros, además de culturalmente ajenos y hostiles.
La islamizacion de España y Europa, vía inmigración y natalidad, debe ser evitada; e igualmente un posible desplazamiento de la población inmigrada hacia el integrismo islámico. Respecto a esto hay que señalar que la religión musulmana, en cuanto vivencia religiosa personal, debe estar protegida por la libertad de religión.

Por ello Lazarillo denuncia todas aquellas conductas que basadas en cualquier interpretación religiosa que atente en suelo español o europeo contra los derechos, la cultura o la moral de los ciudadanos españoles y europeos o los derechos fundamentales de la persona tal y como los entendemos. Igualmente denunciara aquellas manifestaciones públicas o privadas de apoyo a las conductas recogidas anteriormente.
Lazarillo