¿Mi nombre? ¿Y eso que importa?
¡Aquí me tienen llorando!
Porque leo en esta prensa
Y cubriendo un gran espacio
El nombre de ese hijo mío
Que en Bosnia me lo mataron.
Todos los medios de España,
Se vuelcan con mi muchacho,
No se escatima la tinta,
Ni frase para exaltarlo.
Mirad, lo que aquí relata
De mi niño legionario
Este diario que tengo
sosteniendo entre mis manos:
"Ayer, con grandes honores,
Enterraron al soldado,
Que perdió su joven vida
En un acto humanitario"
Y con él, ayer en su tumba,
Mi corazón sepultaron.
Como recuerdo aquel día
A pesar de tantos años,
Cuando en la Semana Santa
Lo llevaba de la mano
Por las calles malagueñas
Con la ilusión a caballo,
Para ver a La Legión
Desfilar el Jueves Santo
Llevando al Cristo en sus brazos
Mientras solemnes cantaban
La Canción de Legionario.
Y metidos entre la gente,
Recorrimos, paso a paso,
Hasta el templo donde encierran
Al Cristo Crucificado.
Málaga en Santo Domingo
Puso su propio Calvario
La madrugada del viernes,
Cuando Dios Crucificado,
Se volvía hacia su Madre
Que llegaba paso a paso
Sola con su Soledad;
Pócima de hiel en sus labios,
Desaliento en su semblante
Y el corazón traspasado,
Mientras rompía el silencio,
Voces marciales cantando
Ese Novio de la Muerte
Doctrina del Legionario.
Y de pronto, mi chaval,
Apenas de un metro de alto,
Me dijo casi en un grito
Desbordado de entusiasmo:
¡Quiero, papá de mayor,
Vestirme de Legionario!
¡Quiero poner la Bandera
De mi Patria lo más alto!
En ese momento sentí
Un pellizco en el estómago
Que avisaba, me alertaba
De algún maldito presagio.
Las cosas de los chiquillos,
Pensé, sin hacer caso.
Pero no. Aquello fue a más
Con el paso de los años.
Y la ilusión del chiquillo
Fue vocación del muchacho
.Y la Bandera de España,
En un extraordinario acto,
Le juró ser, con un beso,
Caballero Legionario.
¡Que orgulloso me encontraba!
¡Que Legionario más guapo!
Pero Dios, que en sus renglones
Lo tuerce de vez en cuando,
Clavó su extraordinaria ira
En el pueblo Yugoslavo.
Y allá se fue mi criatura,
Pletórico de entusiasmo
A tratar de poner paz
En un territorio extraño.
Y las cosas de la vida
Lo único que ha encontrado,
Ha sido la fría tumba
Donde ayer me lo llevaron.
¡Y aquí tienen lo que dicen
Los periódicos del acto!:
"En hombros llevan sus restos,
Camaradas Legionarios.
Una bandera de España,
Cubre la caja, abrazando,
Como madre cariñosa
Al valeroso soldado,
Que murió en tierra extraña,
En un acto humanitario.
Y brotan gritos castrenses,
Y lloran en Campo santo,
Esa madre por el hijo,
Esa novia por su amado.
Y un padre que causa pena
Solamente contemplarlo".
Que Dios te otorgue, hijo mío,
La Eterna Paz que has ganado
Al enaltecer con sangre
La misión que te ordenaron.
Que dentro de esta amargura,
que sin piedad me ha inundado
Por verte en la fría tumba
en la aurora de tus años,
También me siento orgullosos
y a la vez, recompensado
Por ser padre de un valiente
que ha escrito bastante claro
Ser el Novio de la Muerte.
Y que el mundo lo ha nombrado
MENSAJERO DE LA PAZ,
Español y Legionario.