viernes, 20 de febrero de 2009

Sindicatos y crisis


¿Y los Sindicatos?... ¿Qué opinan de esto?.
El pasado año fue uno de los peores que se recuerdan para el empleo en España debido a la grave crisis económica. El número de parados registrados en los Servicios Públicos de Empleo -antiguo Inem- aumentó en 999.416 durante 2008, la mayor cifra de la historia. El pasado mes de diciembre se superó la barrera de los tres millones de desempleados, hasta alcanzar los 3.128.963 de parados. Desde el año 1988 no se superaban los tres millones de parados y nunca en España se había alcanzado una cifra tan alta según los datos del Inem.

A pesar de estos alarmantes datos, y de la situación que se veía venir encima, el presidente del Gobierno no dejó pasar la ocasión para referirse a la actual situación de la economía española para insistir en que se trataría de un problema pasajero que nos llega de fuera de nuestras fronteras. Zapatero dijo que la "desaceleración transitoria" prevista en años anteriores está siendo "ahora más intensa" al empeorar, según dijo, para todos, el contexto económico internacional que está dejando ver sus efectos en los datos de empleo, en el consumo de las familias y en menor medida en las expectativas de crédito.

Aún así, los mileuristas debemos de mantener la esperanza de no volver a ser la moneda de cambio de este gobierno agobiado y unos sindicatos ineptos, pero mucho ha tenido que cambiar la sociedad de estos últimos años, porque me temo que si lo seremos. Si los sindicatos tradicionales vuelven a vendernos como antaño, tendremos que recurrir a nuevas vías de expresión. Si TODOS los partidos políticos vuelven a darle la espalda a una sociedad cada día más cansada, quizá el sistema termine pagándolo. Dentro de muy poco tiempo tendremos una bolsa de 11 millones de personas con problemas económicos, con los que la crisis se cebará especialmente. Si ningún partido o fuerza sindical se ocupa de ellos, puede que la inestabilidad social empiece a ser la clave del nuevo sistema.


La Historia nos enseña que en los malos momentos, las opciones políticas se polarizan, al igual que la riqueza. Como Zapatero no consiga articular soluciones creativas a esta “desaceleración” que vayan más allá del abaratamiento del despido, el PSOE sufrirá un desgaste político similar al del 96. Cuando los discursos tienen como único objetivo los objetivos propios, la dialéctica se envenena hasta dar asco. Sin duda el problema radica en la pasividad de los sindicatos que ante despidos colectivos tan escandalosos como los que en estos meses esta viviendo españa, estos sindicatos no solo callan sino que aplauden la capacidad demagogica del gobierno invitando a las cabezas visibles del gobierno a sus congresos. Y es que sindicatos siguen más preocupados de sus barrigas que de la situación que se va formando a su alrededor. Sin duda nuestra sociedad tiene un gran problema con uno de los principales motores en la economia de una nacion, sus sindicatos, ya que debido a su excesivo partidismo, son capaces de anular sus funciones y desertar las preocupacion de sus afiliados con tal de no perjudicar a su padrino el PSOE.

Lo que en España estamos padeciendo es un gravisimo problema de defensa de los trabajadores sin precedentes no solo en España sino en toda Europa.

¿Son estos los sindicatos que van a salvarnos de la quema. Si esta es la política a seguir, si los que tienen que tener la iniciativa se alejan de nosotros como si estuviésemos apestados mientras banqueros, politicastros y demás gentuza se forran, es mejor que nos hagan un favor a todos y desaparezcan. Que no se engañen politicastros y sindicalistas de turno, puesto que la sociedad y la paciencia humana tienen un límite, cuando el pan no llega a casa, y la hipoteca llama a tu puerta más de uno de esos a los que ilusionabais con vuestras consignas sindicales acabaran por levantarse contra vosotros. Quien verdaderamente mueve el desarrollo de un trabajo es el trabajador y no el que dice qué hay que hacer.

Señores sindicalistas teneis la suerte de que n no os cesen, ni os trasladan, ni os despiden y encima no dais palo al agua, que para lo poco que teníais que hacer no habéis hecho ni la "O" con el canuto que os estabais fumando.