domingo, 7 de enero de 2007

Agregamos este articulo de Pascual Tamburri en el semanal digital el 14 de diciembre del 2006 por su gran critica al movimiento okupa y por la critica tan acertada al tripartito.

Totalmente de acuerdo con el columnista de www.elsemanaldigital.com


14 de diciembre de 2006. Vamos a ver si yo me he enterado bien. Estos chicos socialistas, comunistas, nacionalistas y republicanos de Cataluña, perdón Katalunya –el invento no es mío sino del difunto y previsor Rafael García Serrano-, creen como María Antonia Trujillo que el movimiento okupa es "un estilo de vida alternativo" y que la propiedad, lejos de ser un derecho, es un mal. Dignos herederos de aquellos simpáticos meses de colectivización, checas y miseria que vivió el Principado entre julio de 1936 y febrero de 1939, los aliados del nuevo Tripartito quieren expropiar las viviendas vacías, o el usufructo de las mismas, para someterlas a un alquiler forzoso.
¿Quieren solucionar así el problema de la vivienda? Eso dicen, pero mienten. Lo que quieren es satisfacer su prejuicio ideológico de que "la propiedad es un robo" (lo único en lo que Marx y Bakunin llegaron a estar de acuerdo, como José Montilla y Joan Saura) y quieren convertir a la Administración en parte del movimiento okupa, alegando que la propiedad tiene una función social.
Esta idea, por cierto, no es precisamente de izquierdas, sino de origen católico, y en su contexto original significa lo contrario de lo que Montilla y socios pretenden. Porque la propiedad es un bien, y por eso mismo tiene una función que cumplir; pero eso no autoriza a esta banda a asaltar los inmuebles provisionalmente no utilizados por sus propietarios, salvo que esa Generalitat okupa quiera cambiar nuestro sistema social y económico en un sentido anarco-marxista.
Incluso si así fuese, tendrían que empezar por dar ejemplo con sus propios inmuebles, ya que sucede que en toda España, y también en Katalunya, los mayores propietarios de bienes sin uso son, precisamente, los poderes públicos. Si Montilla quiere okupar Barcelona que empiece por alquilar por un precio simbólico todos los inmuebles vacantes. Y cuando digo todos, quiero decir todos; no vale okupar sólo una casa en Gràcia o montar una comuna en Can Ricart: que los okupas sean asignados a los cientos o miles de pueblos y aldeas vacíos en la España rural, y que allí, una vez lograda una vivienda digna en Huesca, Soria, Cuenca o Teruel, demuestren la fuerza de sus convicciones. Trabajando, claro.
Tal vez entonces descubramos que la extrema izquierda sigue siendo más capaz de consumir y destruir riqueza que de crearla; y que como ha pasado con el virtual regalo del bellísimo pueblo de Ruesta (Zaragoza) a la CNT por parte de las autoridades autonómicas aragonesas (socialistas, por supuesto) todo quede en muy poco. Porque es fácil robar y aún más fácil okupar, pero merecer la propiedad –es decir, hacerla socialmente funcional- es muy cansado. Qué banda, señores.


Esta es la juventud a la que el tripartito defiende y apoya desde hace tiempo y cada vez mas destapadamente, una nueva 'kale borroca' se esta organizanco en Cataluña.