Los “Aburridos” Homicidios de Stalin
Una de las razones por las que escribí el libro es que comencé a preguntarme por qué me topé con este tema únicamente cuando viví en Europa Oriental. Tengo un título en historia rusa de la Universidad de Yale, pero sabía muy pocos de estos detalles. También me inspiró, debo admitirlo, una crítica bastante irritante hecha por el New York Times de mi primer libro, Between East and West: Across the Borderlands of Europe (Entre Oriente y Occidente: A través de las fronteras de Europa), el que trataba sobre los países occidentales fronterizos de la ex Unión Soviética. Aunque mayoritariamente positiva, la crítica contenía la siguiente frase: “Aquí ocurrió la hambruna del terror de la década de 1930, en la que Stalin asesinó a más ucranianos que Hitler a Judíos. Sin embargo, ¿Cuántos occidentales recuerdan eso? Después de todo, los homicidios eran tan aburridos y aparentemente sin dramatismos”.
¿Fueron aburridos los homicidios de Stalin? Mucha gente cree eso. Los crímenes de Stalin no inspiran la misma reacción visceral en el público occidental como lo hacen los crímenes de Hitler. Ken Livingstone, un antiguo miembro del Parlamento y ahora el alcalde de Londres, una vez gastó toda una noche tratando de explicarme la diferencia. “Sí”, dijo, “los Nazis eran malos. Pero la Unión Soviética estaba deformada.” Esa visión refleja el sentimiento de muchas personas, incluso de personas que no son miembros chapados a la antigua del Partido Laborista británico. La Unión Soviética de alguna manera estaba mal, pero no fundamentalmente mal en el mismo sentido en el que lo estuvo la Alemania de Hitler