domingo, 1 de abril de 2012

Ser y Estar



Más de uno de nosotros ha oído las famosas frases realizadas por hombres ilustres como la de: Mi reino por un caballo, París bien vale una misa o la de Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. De Millán Astray es En esos cerros están los galones de Sargento, y en los de detrás, las estrellas de Oficial refiriéndose a unas posiciones rifeñas muy difíciles de ocupar. Del Coronel Pallás hay muchas, que por ser recientes en el historial de la Legión todavía hay quien entre nosotros se acuerda, como la que dijo el día que se despedía: Hay que diferenciar el Ser de la Legión y Estar en la Legión; o cuando despedía algún mando por cuestión de retiro que le decía cariñosamente que pasaba destinado al Quinto Tercio, el de la nostalgia. En el Tercio se escuchan otras frases de autores más o menos anónimos como la que le gustaba decir al Capitán Jesús Romero Cuenca cuando las órdenes que recibían entrañaban un sacrificio: España manda, la Legión obedece. De autor anónimo: "En La Legión hay el quién sirve a la Legión y está el quién se sirve de la Legión". También de origen desconocido es: Hacen falta tres años, uno para conocer a la Legión, otro para comprenderla y el tercero para quererla. Sin embargo, las reflexiones sobre el Ser y Estar en la Legión del Coronel Pallás resultan muy interesantes: "No es lo mismo SER en La Legión que ESTAR en La Legión. A primera vista estos dos términos arrastran una connotación semejante, pero el contenido es completamente diferente. Es conveniente meditar sobre estas dos posturas, ya que el materialismo lo invade todo, se ensalza al antihéroe, se denigra al hombre con valores morales y el premio no es la corona de laurel, que da honor al sacrificio o al triunfo, y sí la nevera, el cheque o el coche. Padecemos una contracultura del espíritu que ha engendrado la degradación y la inversión de los términos valorativos y éticos. El SER, en mi concepto, es el alma; el ESTAR, el cuerpo. El SER es la filosofía, el ideal, la solera del vino, la esencia del perfume, el sabor del guiso, la fortaleza ante el instinto, la caridad ante el egoísmo, la poesía de una vida entregada a una finalidad superior y común a un conjunto de seres. El SER es lo que da personalidad, fuerza, carácter y estilo al ESTAR, que es como la pura materia, dúctil y maleable. El SER nace en nuestro interior y es lo que da forma al ESTAR. Si el SER es digno, moral, elevado, con entrega a un ideal superior, entonces el ESTAR nace del yo-alma, (no del yo-ambiente, yo-egoísta), y en este caso tendrá la fuerza y la entereza de lo nacido en nuestra alma, la originalidad privativa de nuestros sentimientos, la legitimidad de lo forjado por nuestras fuerzas racionales, la proyección de una vida que impulsa a ser fiel a una manera de SENTIR, fruto de una preparación, un pensamiento, una finalidad, un ideal, una esperanza. El SER digno, moral, elevado, idealizado forma normalmente, como consecuencia, la vida y el SENTIR de un ideal, y este ideal es tanto más fuerte y enérgico cuanto mayor sea la grandeza del SER que aglutina el valor y la finalidad. El SER hace de la profesión vocación, de la autoridad entrega, de los honores servicio. El ESTAR sin un SER superior, solamente es el vestido que el ambiente nos proporciona, es decir, lo que otros nos dan o nuestros egoísmos nos piden, y es mutable según las variaciones del medio en que está inmerso. El ESTAR sin un SER superior hace de nosotros hombres sin personalidad, estuches sin joya, perfume sin olor, guiso sin sabor, máscaras de carnaval en la vida. El ESTAR sin el SER superior, aunque coincida con la finalidad, nos convierte en piezas de máquina pero no en pieza con alma, y como consecuencia, en los momentos difíciles sufriremos el desgaste del propio materialismo, porque no poseemos el lubricante que da el alma, que da el SER, la valentía del HOMBRE-SER para vencer los obstáculos. Al hombre no se le debe de preguntar dónde está, sino lo que ES. Porque el hombre no es espectador del drama o comedia de la vida, el hombre es el actor fundamental. El mundo está lleno de HOMBRES-ESTAR: ciegos, sordos y cojos ante el milagro, poesía y belleza de los hechos de cada día. Sólo son sensibles a los impulsos de sus propios egoísmos, a las imágenes de sus propias conveniencias, ante las palabras de su propia vanidad, ante la andadura de su propio bienestar. El SER de La Legión está en su Credo Legionario y es la razón de su existencia. Nuestro destino o contrato nos da el ESTAR, pero nunca seremos legionarios sin el SER del Credo, porque Sirve mal el que sirve a medias. Si no somos SER en La Legión no somos mas que una máscara disfrazada con nuestro uniforme, hipócritas que presumen de lo que no son, cómicos que representan un papel que no sienten, cobardes a los que les falta hombría para vencer sus egoísmos. Si estamos por lo que cobramos, somos rameras de prostíbulo, ratas de alcantarilla, parásitos de caballeros, alimañas que se alimentan de la sangre de los muertos de La Legión y beben la sangre de sus heridos. Si la vida legionaria no es reflejo de su Credo, La Legión no vive porque existe el divorcio entre el SER y el ESTAR. La Legión puede desaparecer por decreto, pero siempre que un hombre siga dando vida con su vida al Credo Legionario y siga fiel a sus espíritus, La Legión existirá. El SER pide obligaciones, el ESTAR exige derechos. Por ley natural cada hombre conoce sus derechos, pero las obligaciones son impuestas por la vida o la sociedad, y éstas son consecuencia del SER y el ESTAR de la colectividad. En La Legión, el ESTAR se subordina íntegramente al SER del Credo. Legión es religión de hombres de guerra y artífices de paz, sacerdocio de vidas, sublimación de ideales, rumbos de gloria, unión de seres, hermandad de almas, haz de virtudes, sendero de rosas y espinas que purifican al hombre en su caminar hacia la gloria. Legión es el ESTAR en comunidad bajo el pensamiento, la doctrina, la filosofía que fluye del SER del Credo y que subordina todos nuestros actos en una finalidad. Servir a nuestra Patria, España, bajo los guiones legionarios de nuestras Banderas. Puedes ESTAR sin SER , cuando el ESTAR coincide con el SER legionario, pero en este caso no creceremos en nuestra vida legionaria y entonces quedaremos en tibio y mereceremos que se nos recuerden las palabras de Cristo: Como no eres ni frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. Legión somos todos. Debemos crecer cada día en la perfección legionaria cumpliendo íntegramente los espíritus de nuestro Credo y con ello conseguiremos que La Legión sea más perfecta. Debemos vivir un permanente llegar a SER y así alcanzaremos la meta en nuestra ansia de alcanzar en nuestro ser, el SER, CABALLERO LEGIONARIO».

http://bezos-amilalegion.blogspot.com.es/2008/12/frases-legionarias.html