lunes, 4 de octubre de 2010

Adiós Madrid

Trinidad Jimenez ya no será la candidata por la Comunidad de Madrid, tal como deseaba Jose Luis Rodríguez Zapatero al que se le están torciendo las cosas por momentos, y seguirá como ministra de Sanidad, al menos durante esta semana próxima, después ya se verá. El vencedor de las primarias, Tomás Gómez, ha conseguido doblar el pulso a su jefe y hasta hace dos meses benefactor. Confrontados con dos candidatos que ideológicamente no se diferenciaban en nada, los militantes madrileños han preferido a aquel que no venía avalado por Zapatero y el resto de la nueva guardia socialista: más que por Gómez, han votado contra Zapatero. A partir de ahora veremos si van a ser adversarios, porque de momento él ha sido el único que le ha llevado la contraria al presidente.


Empieza a ser indudable que Zapatero no cuenta ni con el apoyo de los militantes socialistas, ni con el de los ciudadanos madrileños, ni con el del conjunto de los españoles, ¿a qué espera para someterse a similar proceso de reválida al que forzó a someterse a Gómez? Porque lo realmente relevante de las primarias de ayer no fue el haber seleccionado qué cabeza de cartel defendería en Madrid la ideología del socialpopulismo zapateril, sino si el presidente del Gobierno seguía contando con algún ascendiente dentro de su partido. Y ahora se ha visualizado que ni siquiera los suyos confían en él.
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Todavía falta mucho hasta 2012 como para que un político totalmente deslegitimado entre sus bases y entre la ciudadanía siga ocupando La Moncloa y arruinando a los españoles. Si Tomás Gómez y los militantes socialistas pueden gritar ‘no’ a Zapatero, con más motivo deberíamos de poder hacerlo todos los españoles. El mes que viene serán las elecciones catalanas que con Montilla de candidato no se espera que consiga un resultado aceptable, ni mucho menos, para seguir gobernando y a continuación las demás, Andalucía, Extremadura, y las demás comunidades donde lo están esperando los populares dispuestos a dar un revolcón a Rodríguez Zapatero en la cabeza de cada uno de los candidatos socialistas, ya que ha derrochado sectarismo y dinero, saltándose en muchos casos las leyes y el sentido común. Se lo habrá ganado.