Claro, es que tenía que suceder. A ver quién se cree que Julián Muñoz, Roca y demás gente que se sienta en el banquillo de los acusados en el marco de la “Operación Malaya” se hubiera podido llevar miles y miles de millones sin que se enterasen la Junta de Andalucía, la policía y la prensa. Es que no se lo cree nadie.
El caso es que ayer, uno de los acusados, contó a quién corresponderían las siglas J.A.G., única persona SIN investigar del caso, y que es una persona que habría recibido de Juan Antonio Roca al menos un pago de 200.000 eurazos de la época.
Vía Libertad Digital:
“Según el juzgado, el citado informe “es una relación de llamadas recibidas por el propio Roca, en concreto la mención “JAG (Francisco de Paula) Comisario de Marbella”". Francisco de Paula fue designado Comisario de Marbella en 2005. Continúa el Juzgado acreditando que “JAG, del que se ignora su identidad, habría llamado a Roca en diciembre de 2005 y se puede deducir, a tenor del propio documento, que habría informado a Roca de la identidad del nuevo Comisario de Marbella, aportando como dato que éste es amigo de una persona conocida como AK no identificada, que Roca sí que conoce, y de una tercera persona llamada Pepe Marín, cuyo nombre coincide con el actual Comisario Jefe de Seguridad Ciudadana y que sería amigo de un tal Willy, pendiente de identificación”. Por lo tanto, JAG “es una persona que conoce la estructura policial y que está al tanto de las decisiones en el Cuerpo Nacional de Policía”. En el documento intervenido aparece “un pago a favor de JAG a cargo de Roca por importe de 200.000 euros”. Y concluye el Juzgado que JAG, “una persona vinculada con el Cuerpo Nacional de Policía”, podría haber sido pagado por Roca “por facilitarle información valiosa sobre este procedimiento”.
¿Y de quién se trataría según se desveló ayer un abogado en sede judicial? Pues de un señor policía que estuvo en el asesinato de los muflones de Garzón y Bermejo. Un amigo de Rubalcaba. El jefe de la Policía judicial. Según el abogado que largó el escándalo esto “lo saben hasta los porteros de las comisarías”. Sin embargo, las siglas JAG son las únicas que no han podido ser determinadas. Quizá porque no se investigó. A tal efecto, el letrado ha pedido las actuaciones.
De confirmarse la noticia, se trataría del mismo individuo por el que deben de pasar todas las investigaciones de casos de corrupción que atañen a políticos.
Y, atención, porque ya se empieza a señalar al juez Torres, instructor de la causa, como persona que habría protegido a JAG
Venga, va, ZP, cuéntanos que lo tuyo es una democracia y no una corruptocracia.