"Nadie es más libre que quien renuncia libremente a una parte de su libertad. Así nuestra doctrina es de renuncia. Los nuestros se imponen el sacrificio, que es señorío de sí propios, y logro de la mejor investidura: servir. Sólo se es libre del todo cuando se sirve. Sólo se alcanza completa dignidad de hombres quien se aviene a ser pieza puntual, disciplinada, en el cumplimiento de una gran empresa. Servicio y sacrificio deparan los goces de mejor calidad; aquellos que ignoran los perezosos, los vanidosos y los cucos.
Con ánimo de servicio y de sacrificio se han de aceptar las primeras magistraturas como los mas humildes menesteres. Para los mejores, el sacrificio es mayor cuando más alto el puesto, porque son cabalmente los altos puestos los que mas privan del silencio, de la intimidad, de la soledad."
(Rafael Sánchez Mazas, "Estilo, Hermandad y Destino", Ediciones del Movimiento, Madrid, 1957, p. 84.)