domingo, 1 de enero de 2012

Movimiento Romantico cara al Sol



“Entrar en la Falange equivale a entrar en un orden religioso. En una formación dinámica de cuerpo y alma… Todo en nosotros se ha supeditado al mantenimiento de un frente moral. Nuestras ideas sobre la Patria, la conducta, la economía, el estilo, la historia, la política, la sociedad, el hombre, han dependido únicamente de unos imperativos morales. Esta moral no consiste en una moral utilitaria, ni palabrera, ni patriótica, ni nostálgica, ni sentimental, ni llorona, sino en una moral religiosa de fraternidad y de justicia . Parte la Falange de una CONCEPCION TOTAL DEL MUNDO Y DEL HOMBRE, de una concepción clásica y cristiana, que asumímos por entero en sus imperativos de hoy frente a la realidad histórica. Es una manera de concebir a Dios, al Mundo, al Cielo y a la Tierra, al Espíritu y al Cuerpo, a la Idea y a la Acción, por una convinción inseparable de que la vida humana debe ser regulada por una sabiduría que la trasciende, por fines que la trascienden, y, en primer lugar, por una sabiduría divina, por un Dios ordenador, sin el cual no concebimos la Naturaleza ni la Historia”.


Rafael Sánchez Mazas, 1933.


“La revolución que queremos consiste en volver a la auténtica jerarquía de los valores, en saber, sencillamente, que por encima de nosotros está la Patria y por encima de la Patria está Dios, en saber que el hombre no puede ser esclavo del hombre ni del dinero, que sobre la verdad económica existe la verdad teológica y que la verdad teológica nos dice que no es justo que haya quien se muera de hambre, mientras otros disfrutan de todos los lujos. En una palabra, la revolución que nosotros queremos es la revolución de las ideas, que, al fin y al cabo, es la única que marca rumbo y huella en la marcha de los pueblos”.

José Luis de Arrese, 1940.


“Nuestra revolución es la del espíritu contra la materia. De la armonía contra el número. De la calidad contra la cantidad. De los cuerpos sociales contra las colectividades puramente numéricas. De la nación viva contra la patria sin alma”.

José Antonio. 1935.