
En estos momentos no tiene nada que hacer el PSOE en las próximas elecciones. Ha sido tal el grado de dejadez, desidia, abuso, gasto inútil, despilfarro, pérdida de derechos sociales y restricción de libertades, que la ciudadanía ha dejado de confiar en el socialismo, rodeado de mentiras, patrañas, sabuesos, sospechosos en el 11-M, y aprovechados de todo tipo. Si a ello añadimos la cantidad de mediocres por metro cuadrado que se han concentrado en los aledaños del ‘Vendeburras’ y gótico-esperpéntico leonés, Rodríguez Zapatero, pues entonces no debe extrañar a nadie que su propia gente venda al presidente por un puñado de cagajones.
A pesar de lo dicho, muchos españoles tenemos un temor. Y lo tenemos porque en su día nos confundieron, pero con el paso del tiempo estamos convencidos que ETA y el socialismo tienen mucho que ver en el 11-M. Una base importante para fundamentar las sospechas (hoy han dejado de ser sospechas) es el libro de Fernández Candela, verdadera guía y faro para que los cobardes de entonces empiecen a preocuparse o la información recopilada por el diario El Mundo a lo largo de estos años y que puede salir a la luz en las próximas semanas.
Y para que nuestra sospecha no sea solo eso, ahí está también el artículo de Ekaizer en el diario radical-socialista y de extrema izquierda, “Público”. El articulista considera que hay dos escenarios en los que se puede producir un vuelco en las elecciones: “La renuncia de Zapatero a un tercer mandato a favor de un candidato como, por ejemplo, Alfredo Pérez Rubalcaba y a algún accidente, o acontecimiento inesperado de suficiente impacto nacional como para borrar el desencanto de esta segunda legislatura socialista”.
En ese punto está nuestro miedo y el de buena parte de la ciudadanía, por lo que procede ponerse a cubierto y destapar cuanto antes el ‘colmillo retorcido’ que siempre acompaña a las malas intenciones sociatas. También ahí se concentran nuestras fundadas sospechas, porque estamos convencidos que si hay que hundir un “Prestige” lo hunden y si hay que negociar con la banda terrorista un atentado, también lo hacen. El odio mundial a los socialismos de terco pelaje tiene su origen en la barbaridad, el terrorismo y la sinrazón.
Recuerden lo que sucedió con el 11-M, que dio la victoria al PSOE, cuando nadie daba un duro por esa formación y menos por esas siglas. Han tenido que transcurrir siete años para que la ciudadanía comprendiera que quien mentía no era el ministro de Interior (Ángelito Acebes) y sí quienes decían que “España necesita un Gobierno que no mienta”. Ni musulmanes ni gaitas marineras; sigo pensando que ETA fue la culpable, pero con colaboradores de la escena política, que son quienes hoy están muy preocupados y atemorizados, sabedores de que los datos y la trama se empiezan a dar a conocer.
El actual ministro ‘careta’, y sus cercanos se han tenido que tragar sus propias palabras, y lo han hecho con mentiras de todo calibre: ETA, colaboracionistas con la banda, estado de alarma, pensiones, decretazo contra los funcionarios, represiones diversas, cercenamiento de las libertades, gripe-A, despilfarro en tonterías inútiles e injustificadas (cheque-bebé, subvención para mapear el clítoris, dinero a puñados para maricas y lesbianas de Mozambique, horteradas para ocurrencias de la “miembra” Aído,… y decenas y decenas más que han llevado a arruinar la hucha que les dejó llena el ex presidente Aznar. Por cierto, siguen sin reponer decenas de millones de euros a las arcas de la Seguridad Social, también gastados en tropelías y en el pago de elecciones pasadas.
Ekaizer no duda en relacionar ese posible nuevo accidente con el 11-M que dio la victoria al PSOE en 2004. “Zapatero ganó la campaña electoral (…) a Rajoy y dio el sorpasso el 14-M a horcajadas de los graves errores de Aznar y Rajoy ante el atentado del 11-M”. Si el socialismo español ha pensado que estaba en el paraíso, gracias a los ahorros de los demás, en las próximas semanas descubrirá el contenido de lo que acostumbraba a decir Marcel Proust: “No hay paraíso hasta que se ha perdido”. Y doy fe que lo tiene perdido ya.
Jesús salamanca.