domingo, 26 de junio de 2011

LA LIGA NACIONAL CRISTIANA




En 1919, en Iasi, Corneliu Codreanu conoce a dos hombres que marcarían su vida con su influencia. Uno era el profesor Alexandru Cuza, nacionalista famoso por sus puntos de vista antisemitas. El otro era Constantin Pancu, un obrero con aspiraciones intelectuales que organizó un pequeño grupo llamado la Guardia de la Conciencia Nacional, nacionalista extremo, se enfrentó frontalmente en las calles y huelgas con los marxistas. La fuerza combinada de la ideología anti-marxista y antisemita de Cuza, mas la violenta acción directa de Pancu, dieron nacimiento a la Liga Nacional Cristiana (LANC), en marzo de 1923, con Cuza como presidente. Pero Codreanu deseaba una fuerza más disciplinada y paramilitar que Cuza, demasiado intelectual para inspirar algo así. Sin embargo, la propia fama de este significó que en las elecciones de 1926, tuvieran 120.000 votos, ganando diez asientos en el parlamento rumano.

Durante la época de la lucha estudiantil, Codreanu se hace famoso junto a los suyos, al enfrentarse a los obreros (contaminados de marxismo) en huelga, encaramándose temerariamente en los tejados de la fábrica, arrojando la bandera comunista que ondeaba arriba, y enarbolando la tricolor rumana. Incluso tiene la audacia de salir con la frente en alto, junto a sus camaradas, en medio de los obreros enardecidos y los activistas comunistas hebreos, amenazándoles, llenos de odio.

En otra ocasión, durante una huelga estudiantil mayoritariamente bolchevique y liderada por un tal Spiegler, los jóvenes nacionalistas se toman el casino de la Universidad e impiden el paso a los comunistas diciéndoles: "el que no trabaja, no come..." Incluso se arman de valor (sabiéndose minoría) y responden a las agresiones, agarrando a cuanto comunista o simpatizante de estos encuentran, usando la gorra de visera común a los bolcheviques rusos, arrojándolas a una hoguera. Días después ningún comunista se atreve a usar gorras al estilo ruso dentro de la universidad.

La historia de la LANC es bastante violenta. En 1923, un grupo de estudiantes fue arrestado con cargos de conspiración para asesinar a prominentes políticos, judíos y periodistas. Pero debido al código napoleónico y la ausencia de documentos que indicaran la fecha de los asesinatos, quedaron en libertad. Sin embargo, durante la audiencia, Ion Mota, uno de los líderes del LANC, disparó sobre el traidor que los había delatado. Tal acción fue alabada por las masas, que admiraban actitudes de ese tipo, y que por lo tanto trató a los jóvenes como héroes nacionales.

Durante la estadía en prisión, Codreanu y los otros rezaban regularmente frente a un icono de San Miguel. Y durante el día del santo, Codreanu apodó a su grupo la Hermandad de la Cruz, en directa referencia a una tradición rumana, de eterna amistad, ayuda recíproca y fidelidad. Una especie de pacto de sangre, que los trasformaba en hermanos más allá de la vida y la muerte.

Codreanu iba a estar libre por muy poco tiempo. En 1924 se vio forzado a disparar contra el prefecto Manciu, directo responsable de la persecución del LANC, y autor principal en las torturas de sus camaradas, a los cuales defendía.

Manciu entró en el juzgado e intentó atacar a Codreanu. Este, ya curtido por la experiencia en la Rumania de la época, estaba preparado para violencias de este tipo, respondió abatiendo al prefecto. Y debido a que actuó en defensa propia, no fue juzgado por esto. Con esta acción, en la que mató a un odiado representante de un gobierno impopular, se transformó en un verdadero héroe para el pueblo rumano.

Debido a diferencias con Cuza, Codreanu deja el LANC en 1927. Le parece un partido demasiado político-teórico, y falto de mayor acción directa. Además de estar lleno de intrigas y disputas internas. Decide salir del país e irse a estudiar a Francia, a Grenoble, junto a su camarada Ion Mota.