Lecciones espirituales para los jóvenes samuráis es el título de uno de los trabajos que componen este compendio (al cual, además, da el título) de escritos filosófico-políticos del genial y polifacético Yukio Mishima (seudónimo de Kimitake Hiraoka), autor japonés que saltó a la fama la mañana del 25 de Noviembre de 1970 cuando, tras el fracaso de un intento de sublevación militar dirigido por él mismo, se quitó la vida, ante las cámaras de televisión, por el rito Sepukku (vulgarmente "Hara-kiri")... Pero bueno, ya sabemos lo que es la fama: un brillo, un resplandor en el firmamento, que dura unos instantes y al final se apaga; ilumina nuestros corazones durante un momento, aunque la memoria, quizás, quede más tiempo impresionada por la belleza de ese fulgor, de ese fuego artificial... Así concebía Mishima la acción, la belleza de la acción. Quizá desde nuestra cultura occidental no le demos demasiado valor al suicidio... ¿No? Quizá ese valor dependa de los motivos... Durkheim sabrá.