"... me quedé quieto, mirando al corazón de esas montañas y me sentí como un hombre inspirado por un sermón divino que llega de primera mano, que viene del cielo y de los muchos estados de ánimo de esas montañas, tan poderosas..." Diario de Richard Promenneke.
La historia Richard Promenneke (1916-2003)comenzó cuando a sus 52 años decidió que ya estaba bien,ya era hora de dejar una vida estandarizada y empezar a vivir, sustituir el "tienes que comprar esto" ,"tienes que conseguir esto","¿que pensaran de mi si hago esto otro?" por las simples y llanas leyes de la naturaleza "así se sobrevive" y "así formas parte de la dieta de un buitre" desconozco que le llevó a romper con su vida anterior, si fue un sueño que se tenia que cumplir antes de dejar este mundo o simplemente ganas de darle un sonoro bofetón al mundo moderno ,lo único que se, es que este hombre me da envidia.
Después de 35 años trabajando, en el verano de 1967, Dick acabó en las inmediaciones de Twin Lake, en Alaska y decidió que ahí pasaría el resto de su vida.
Construyó una cabaña con sus propias manos con un orreo para almacenar sus víveres a salvo de osos y otros animales. Se alimentó de lo que la naturaleza le proporcionaba. Como él mismo comenta en su diario, fue totalmente autosuficiente durante 30 años en mitad de la naturaleza salvaje:
"… Habitualmente, demasiados hombres trabajan sobre cada una de las partes de un todo. Hacer un trabajo completo, como éste, me satisface y llena enormemente. " Diario de Richard Promenneke.
La cabaña, que aún se conserva intacta después de 40 años, es un rectángulo de 12 metros cuadrados de madera conífera joven machihembrada sobre una base de grava. Las bisagras son de madera, el techo estaba cubierto de una capa de musgo autóctono a modo de aislante. Es decir, un aprovechamiento magistral de los elementos ecológicos que Dick tenía al alcance. Los muebles, sillas, camastro, utensilios de cocina y cubiertos fueron labrados por Dick en madera.
Durante 20 años Dick se dedicó a observar y a estudiar la flora y fauna de esa remota región de Alaska y armado con una cámara Bólex de 16 mm grabó cientos de metros de película y lo dejó como legado para compartir su experiencia con el mundo.
En 1999, Dick Promenneke abandonó su cabaña a la edad de 82 años con una movilidad muy reducida casi secuestrado por su hermano para pasar sus últimos días en California, y murió el 28 de abril del 2003. Donó su cabaña y toda su valiosa documentación a los EE.UU. En la actualidad, su cabaña es parque natural.