domingo, 8 de agosto de 2010

La Conquista de America



La Historia Verdadera de La Conquista De Nueva España es un prodigio literario de Bernal Díaz del Castillo. La Historia que se describe es tan grandiosa e increíble que haría sonrojar de envidia a mismísimo Tolkien.

Y sin embargo, es verdadera.

Bernal dejó de escribirla cuando se enteró de que un gran escritor, López Gómara, lo estaba haciendo. Cuando leyó la de este, creyó darse cuenta de que la razón por la que era el único soldado superviviente de todas las expediciones al Yucatan y Tierra Firme debía ser Divina, y se sintió obligado a proseguir.

No escribió una Obra destinada a ensalzar a Cortés ni a sus capitanes, sino la autentica gloria y el valor excepcional de los soldados que los acompañaron.

Bernal del Castillo nunca supo que el clasismo de su tiempo llegase al extremo de encumbrar a los herederos del asesino de miles de tlaxcaltecas, totonacas y españoles, Moctezuma, a la categoría de condes. Hoy son los condes de Miravalle, y contra muchos otros nobles españoles que dejaron hace muchos años de vivir de la Corona, demandaron una fuerte indemnización al Estado Español para que les sigan pagando su "nobleza". A la demanda se unieron varios cientos de descendientes del sanguinario cacique azteca en México y España.

Me pregunto que sentiría hoy Del Castillo de saberlo. Él escribió, que ya viejos, todos los soldados que participaron en La Conquista, seguían durmiendo menos de 3 horas al día, y lo hacían siempre vestidos, armados, con las botas puestas y los caballos ensillados. Todo un Síndrome de Vietnam descrito hace 500 años, que habla de la angustia pasada.

Hasta hace algo más de una década Bernal era un mentiroso para cientos de historiadores, fabulistas y periodistas mexicanos y simpatizantes de opereta. Hoy, cuando nadie ha pedido disculpas a su memoria, enterrados en huesos de españoles e indígenas desollados y comidos hallados en el subsuelo de México, se discute si fue o no un exagerado.

Es de imaginar que muchos cadáveres fueron rescatados tras la toma de Tenochtitlán pero, según sus crónicas, no menos 50 españoles fueron asesinados en el Templo Norte de Tenochtitlán. Unos 800 en el Templo Mayor, en la Noche Triste.

Urge ya que el Estado Español, que financia junto con otras fundaciones privadas españolas, docenas de proyectos culturales en México, emita una autentica Ley de Memoria Histórica para IDENTIFICAR la nacionalidad, RESCATAR, y DAR HONORES Y CRISTIANA SEPULTURA a esos hombres.

Es así porque Dios lo demanda, porque ellos lo querrían y lo merecen, porque la memoria de Diaz del Castillo lo merece, y porque nuestra Identidad y nuestra Memoria Histórica como Pueblos, tantísimas veces vilipendiada y deshonrada por la propaganda más ruin, también lo merece. Y por último, y muchísimo menos importante, porque las bocas que no han sabido callarse o que siguen vilipendiando a Bernal del Castillo y a España, también se lo merecen.

En lo que al respeto a la historia e identidad se refiere, no somos más, pero tampoco menos que nadie. No tenemos que inventar nuestro orgullo.