Mañana 13 de Agosto.Después de un sitio de tres meses, la ciudad de Tenochtitlán cae en poder de los conquistadores españoles.
Los españoles tomaron control de todos los pueblos y ciudades en las orillas del lago, bloqueron las salidas de la ciudad y cortaron el acueducto que traía agua a la ciudad. Mandaron una flota de 12 vergantines con un cañón cada uno y miles de balsas indígenas que arrasaron la flota mexica. Cortes esperaba la rendición rápida de la ciudad, pero dentro de esta Cuauhtémoc ejecuto a todos los nobles que apoyaban el negociar con los españoles. Los mexicas se atrincheraron en la ciudad bloqueando el puerto y los puentes. Cuando vino el ataque español por tierra y agua los mexicas lucharon casa por casa defendiendo su ciudad. El combate se convirtió en una batalla urbana.
Cuando las fuerzas españolas entraron en la ciudad, prácticamente cada azotea era una fortaleza enemiga. Una vez más, los mexicas adoptaron nuevas tácticas, y en esta ocasión atacaron a los españoles desde sus propios edificios.[1] Esto retuvo a los asaltantes durante un tiempo, pero no impidió su avance por la ciudad, los españoles empezaron a lanzar ataques con el fin de quemar las casas para luego retirarse dejando el camino limpio para cuando volvieran. A principios de agosto, la mayoría de la población se había retirado a Tlatelolco. Cortés envió emisarios indígenas de una ciudad azteca conquistada con el fin de convencer a los tlatelolcas para que se unieran a su lado y entregar a los refugiados, pero los tlatelolcas se mantuvieron leales a los mexicas.
Los mexicas se enfrentaron a otro gran problema cuando la gente de Tetzcoco, todavía leales, cayeron en manos españolas. Durante cuatro días, los ejércitos de Alvarado, Olid y Sandoval asediaron el mercado de Tlatelolco. Finalmente, controlaron alrededor del 90% de la ciudad.
Durante todos sus enfrentamientos, los mexicas continuaron la práctica de ceremonias tradicionales, tras algunos contrataques los aztecas capturaron algunos enemigos que se convirtieron en los últimos sacrificios humanos que hicieron. Aun así, los mexicas no podían luchar mucho más, su situaíón era desesperada, ya no tenían agua ni alimentos, empezaron a morir de hambre y sed, llegaron a beber el agua salobre del lago y a romper los ladrillos de barro para comer las raíces que tenían. Tras consultar con los nobles supervivientes, Cuauhtémoc inició las negocaciones con los españoles.
Los mexicas se rindieron el 13 de agosto de 1521. Supuestamente, Cortés demandó el oro perdido durante La Noche Triste poco después. Cuauhtémoc fue tomado como rehén y posteriormente ejecutado.
Los mexicas huyeron de la ciudad ya que las fuerzas españolas continuaron los ataques incluso después de la rendición, masacrando a miles de habitantes y saqueando la ciudad. Dado que esta no era una práctica habitual en las guerras europeas, esto hace suponer que los aliados indígenas de Cortés tenían más influencia sobre él de la que él mismo suponía. Los supervivientes abandonaron la ciudad en los siguientes tres días. Casi toda la nobleza estaba muerta, y los supervivientes restantes eran en su mayoría niños muy jóvenes. Se estima que 240.000 mexicas murieron durante el asedio, que duró ochenta días. En las fuerzas españolas, sobrevivieron 900 soldados, 80 caballos, 16 piezas de artillería y 13 bergantines.
Es comúnmente aceptado que los aliados indígenas de Cortés, que podrían haber sumado hasta 200.000, fueron los principales responsables del éxito, aunque su ayuda pasó virtualmente inadvertida y, aparte de librarse de los mexicas, obtuvieron pocos beneficios. Dado que varios grupos grandes se contaban entre los aliados, ninguno en particular fue capaz de alzarse con el poder, algo de lo cual se benefició Cortés