La llamada que el miércoles realizó el Rey Don Juan Carlos al monarca marroquí no parece haber evitado los “pequeños problemas y malentendidos” que desde hace semanas están sucediendo en los pasos fronterizos de Farhana y Beni Anzar.
Sin ir más lejos hoy los mercados de Melilla no han podido abrir debido a la falta de suministro de pescado y productos perecederos después de que el Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla anunciara la semana pasada que impediría la entrada de camiones de mercancías a la ciudad autónoma como respuesta a las supuestas agresiones que, según este grupo y el propio gobierno marroquí, han estado sufriendo ciudadanos marroquíes por parte de la Policía Nacional y Guardia Civil.
La relación de España con Marruecos a lo largo del último medio siglo está repleta de episodios gravísimos para nuestros intereses como nación.
En 1956, Marruecos invadió el territorio español de Ifni dando inicio a un conflicto armado que se extendió hasta 1958. En 1974 Hasan II, padre de Mohamed VI y con quien S.M el Rey Don Juan Carlos mantenía una estrechísima relación de amistad, anunció la invasión del Sahara pronunciando un discurso en el que instaba a España a su entrega ya que, de lo contrario, procedería a la “movilización general…para apoderarse de los territorios usurpados”, pese a que el gobierno español había anunciado ya la celebración de un referéndum en el Sahara para el primer semestre de 1975 y pese a la Resolución de 16 de octubre de 1975 del Tribunal internacional de justicia de La Haya en que se indicaba que Marruecos no tenía ningún derecho al territorio del Sahara. En 1975 y aprovechándose de la lenta agonía del general Francisco Franco, las fuerzas de Hasán II dieron inicio a la Marcha Verde que terminó con la ocupación del Sahara.
El dominio de Ceuta y Melilla fue otro de los objetivos prioritarios en la agenda política de Hasán II y que como no podía ser de otra manera asumió como propio su hijo y sucesor, Mohamed VI. No está de más recordar que Ceuta y Melilla fueron incorporadas a Hispania por el Imperio Romano cuando no existía ni Marruecos ni nada que lejanamente se lo pareciera. Marruecos nunca ha cesado en su empeño de recuperar el control de estos territorios basándose en unos supuestos derechos históricos que como ya hemos demostrado son inexistentes.
Por tanto, la campaña de provocación y hostigamiento que están sufriendo directamente la policía española y la guardia civil, responde a una estrategia creada y fomentada por la policía y el gobierno marroquí con objeto de provocar un clima de enfrentamiento que pudiera desembocar en episodios violentos y que servirían como coartada para reabrir a nivel internacional el debate sobre la soberanía de Ceuta y Melilla.