sábado, 14 de agosto de 2010

ROMA NO PAGA TRAIDORES


ESTATUA DE VIRIATO SITUADA EN ZAMORA (ESPAÑA)

Hablaremos hoy de un antiguo dicho que, creo yo, es bien conocido por todos. Para ello debemos remontarnos al año 150 a.C.

Por aquel entonces Viriato era el líder de las tribus que habitaban lo que hoy es conocido como Extremadura, parte de Portugal, Zamora. Estas tribus se encontraban por aquel entonces resistiendo el avance del Imperio Romano. A Viriato se le conoce como un jefe lusitano, por lo que es tan famoso y reconocido a un lado como a otro de la frontera entre España y Portugal. Su muerte daría lugar a un dicho muy común: “Roma o paga traidores”. Hablemos entonces de cómo colaboro en la creación de este dicho.

Resulto que, después de guerrear contra Roma y de obtener algunas victorias, llegó el momento de la diplomacia. Viriato negoció con las otras tribus ibéricas y se formó un ejército que le puso las cosas difíciles a los romanos. Estos, que no esban acostumbrados a perder, vieron que no les estaba yendo muy bien y decidieron enviar a Quinto Fabio Máximo Servillano con un notable número de soldados (dos legones, 300 jinetes númidas e, incluso, alguno elefantes) para que enfrentaran a las tribus hispanas. Como esperaban los romanos, estas tropas lograron recuperar lo perdido, por lo que la balanza volvía a inclinarse de su lado.

Pero los hispanos no estaba dispuestos a rendirse tan fácilmente y Viriato utilizó nuevamente su diplomacia para lograr sumar nuevas tribus a su causa. De esta manera logro sorprender a los romanos utilizando a sus aliados para que atacaran la retaguardia enemiga. La ofensiva fue un éxito y el ejército del lusitano acorraló a Serviliano, obligando a Roma a llegar a un acuerdo para salvar la vida de su líder. Este acuerdo reconocía a Viriato como jefe de los lusitanos y como amigo del pueblo romano. En cualquier caso y a pesar de todo, Viriato seguía siendo un objetivo a eliminar para los romanos.

Y como todo enemigo romano debe morir, Roma utilizó un recurso muy conocido por sus líderes a lo largo de su historia: El Soborno. De esta manera, se ofreció una importante recompensa a algunos de los colaboradores de Viriato para que acabaran con él. Así lo hicieron y, cuando acudieron a cobrar su recompensa, recibieron su merecido: El Cónsul Servilio Cepión ordenó que los mataran por traidores. Esta sentencia fue ratificada con la famosa frase: “Roma no paga traidores”.

Dice la tradición que los restos de Viriato fueron trasladados a Cuenca donde fue incinerado sobre el Tormo Alto de la “ciudad encantada”. Tras esto sus cenizas fueron mezcladas con las de su mujer y esparcidas en la montaña.

Se puede decir que fue una extraña forma de actuar la de Cepión: Creas traidores para que actúen en tu propósito y, una vez que hacen su trabajo, los detestas, hasta la muerte, por traidores, y es más ¡Los asesinas por llevar a cabo el trabajo que les encargaste!. Mi pregunta es. ¿Es similar el caso de los traidores al de los ladrones? ¿También podemos afirmar que el que traiciona a un traidor tiene mil años de perdón? No sabría contestarlo pero si puedo decirles que en esta caso no, pues Cepión no corrió mejor suerte. Su forma de actuar no gusto al Senado y le impidieron entrar en Roma como vencedor de Viriato. Algo muy importante si hablamos en términos romanos.