jueves, 8 de julio de 2010

Diga selección, No la "Roja"


En España estamos muy acostumbrados a confundir el culo con las témporas y será difícil que nos cambien. Buscamos cualquier ocasión para desfigurar la realidad, aunque se mofen de nosotros. De la misma forma que se han puesto de moda estupideces y deficientes construcciones como “detrás mío”, “delante suyo”, “atrás tuyo” y otras ‘lindezas‘ cutres que denigran el lenguaje español, pues con la expresión con que aludimos a la selección española de fútbol nos pasa lo mismo. Ahora se ha puesto de moda decir ‘La Roja’ para referirnos al combinado nacional.

Es justamente en ese punto donde los complejos salen a relucir. Aún sigue dando vergüenza a muchos decir la palabra España. No es el caso de José Antonio Camacho, Javier León de la Riva, Vicente del Bosque y otros muchos miles de españoles sensatos, formales y normales. Habitualmente ese complejo procede de la izquierda confusa y de la caverna menos cultivada de la ‘izmierda‘ radical.

En la asignación del apelativo ‘La Roja’ a la selección, se pone a gran altura la estupidez y la sinrazón. Decía F. Galiana que “cuando hacemos la reverencia a alguien, damos siempre la espalda a otro”. Será por eso que al ensalzar a ‘La Roja’ damos la espalda a la selección, sin pararnos en otras connotaciones que llevan a la risa y, en algunas ocasiones y en muchos casos, a muy malos recuerdos del pasado ominoso.

‘La Roja’ es el apelativo con el que se conocía a Dolores Ibárruri, además de como “La Pasionaria”. Cada vez tiene menos sentido llamar así a nuestro combinado nacional. Siempre fue la “selección española” y lo seguirá siendo, al menos para quienes sienten España de verdad. Los acomplejados pueden seguir hablando de ‘La Roja’, pero la confusión saldrá a relucir cuando se refieran al combinado chileno o paraguayo, entre otros.

A pesar de todo eso, lo que prima es la libertad. Y ya que el ex seleccionador, Luis Aragonés, cometió la estupidez de referirse a ‘La Roja’ por primera vez, dejemos que la libertad haga todo lo demás y la ignorancia lo que pueda. Hay una realidad que es patente en todo momento: mientras que los políticos del Gobierno de Rodríguez Zapatero y los mediocres nacionalismos trocean España, la bandera española y la selección española de fútbol aglutinan sensibilidades, ilusiones, fuerza y calor patrio.

Nunca, jamás un partido político ha hecho por ESPAÑA lo que está haciendo la selección española y la prensa deportiva. Ahora, todos se agarran a la cuerda y al palo de la bandera, pero con el paso de los días se volverá a hacer una selección natural ante la realidad; mientras muchos seguiremos sintiéndonos orgullosos de ver ondear la bandera nacional, los más radicales de esa izquierda irreverente y adocenada no tendrá inconveniente en quemar, destrozar o agujerear banderas o iconos de la enseña nacional. Al tiempo.