lunes, 19 de julio de 2010

Zp y el bueno de su amigo Meles Zenawi


Meles Zenawi gobierna Etiopía con mano de hierro desde hace casi 20 años. El Departamento de Estado de EEUU y la organización Human Rights Watch han denunciado sistemáticamente el asesinato de disidentes políticos, el encarcelamiento de periodistas críticos y la tortura de líderes opositores por parte del régimen etíope, pero ello no impide al PSOE calificar de "progresista" al primer ministro Zelawi, que hoy será recibido en Madrid por José Luis Rodríguez Zapatero y más tarde por el Rey.

La reunión de Zapatero y Zenawi se produce cuatro días después de que el presidente del Gobierno anulase precipitadamente un encuentro en La Moncloa con el presidente de Ruanda, Paul Kagame, ante el aluvión de críticas por incluir en su agenda una cita con un presunto genocida al que la Audiencia Nacional imputa crímenes de guerra. Diputados de CiU, ERC, IU, ICV, BNG, NaBai y Coalición Canaria firmaron una carta en la que pedían a Zapatero que no recibiese a Kagame, al que también se relaciona con el asesinato de nueve cooperantes y misioneros españoles en Ruanda.

Zenawi se reunirá hoy con Zapatero en la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid, en un encuentro con "líderes progresistas africanos", según los define el propio PSOE, al que también acudirán los presidentes de Tanzania, Jakaya Mrisho; de Cabo Verde, Pedro de Verona Rodrigues; el vicepresidente de Sudáfrica, Kgalema Petrus Motlanthe, y los secretarios generales de los partidos socialistas de Senegal, Costa de Marfil y Ghana. Todos ellos, junto a buena parte de la Ejecutiva socialista, encabezada por su número tres, Leire Pajín, participarán en la Conferencia Internacional African Progress (Progreso Africano) organizada por el PSOE.

Uno de los países más pobres del mundo

Las credenciales democráticas de Zenawi, un ex guerrilero que llegó al poder en 1991 mediante un sangriento golpe de Estado, no son mucho mejores que las del presunto genocida Kagame. Es cierto que la Etiopía de Zenawi, pese a que sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, es la economía de mayor crecimiento en el África subsahariana durante la última década, pero la corrupción, la represión, la falta de libertades y la eliminación física de los disidentes están a la orden del día.

El pasado 8 de junio, sin ir más lejos, más de 20 personas, la mayoría jóvenes, fueron asesinadas por la policía durante una manifestación estudiantil en protesta por el fraude en las elecciones celebradas dos semanas antes, en las que Zenawi y el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF, por sus siglas en inglés) lograron una nueva y aplastante victoria. Los anteriores comicios, celebrados en 2005, también se saldaron con acusaciones de fraude electoral y otro baño de sangre: las fuerzas de seguridad mataron en las calles de la capital, Addis Abeba, a más de 200 manifestantes.

El último informe del Departamento de Estado de EEUU sobre la situación de los derechos humanos en Etiopía, hecho público el pasado 11 de marzo, resulta desolador. En él se denuncian asesinatos, torturas, maltrato policial, impunidad de las fuerzas de seguridad, detenciones arbitrarias, registros ilegales, encarcelamientos de periodistas y violaciones de la libertad de prensa, restricciones a la libertad de reunión y asociación, mutilación genital femenina, explotación laboral y sexual infantil o marginación de las minorías étnicas, entre otras muchas violaciones de los derechos humanos. ¿Es Zenawi, primer ministro etíope, el "líder progresista africano" que hoy será recibido con todos los honores por Zapatero?