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lunes, 19 de julio de 2010
Falcata
La falcata es un tipo de arma blanca, una espada de hierro originaria de Iberia, y relacionada con las poblaciones indígenas ibéricas anteriores a la conquista romana, fue muy usada entre los pueblos iberos o los celtíberos limítrofes con los primeros, siendo la espada de "antenas" más común en la zona más céltica de la Península.
Fue durante muchos siglos, el terror de las legiones romanas
Sus dimensiones son similares al gladius, la espada corta romana, con aproximadamente medio metro de hoja; posiblemente habría influido en los diseños posteriores del gladius, especialmente en el gladius hispaniensis, cuya evolución tendería hasta la característica forma recta de la hoja. De todas formas es posible que esta influencia sobre las armas cortas romanas viniera dada por la espada de antenas, también frecuente en la Iberia prerromana, y de origen celta. Pese a que su forma sugiere su empleo como arma de filo, la frecuente presencia de contrafilo en los ejemplares recuperados (el filo del borde contrario al filo principal, que ocupa cerca del tercio más próximo a la punta) parece apuntar a que también era posible su uso como arma de estocada.
La calidad del hierro que servía para la construcción de las armas hispánicas fue alabada por los cronistas romanos, que quedaron sorprendidos por su capacidad de corte y su flexibilidad, una de las características más estimadas y buscadas en la manufactura de las mismas. El hierro se sometía a un tratamiento de oxidación (enterrando las planchas bajo el suelo entre dos y tres años) eliminando así las partes más débiles de este. La hoja se realizaba forjando tres láminas y uniéndolas en caliente, de las cuales la central presentaba una prolongación para la empuñadura, desplazada normalmente hacia un lado respecto al eje de simetría de la espada, y con forma de cabeza de caballo o grifo.